Camboya: cadena perpetua al ex-torturador del Jermer Rojo convertido a Cristo

El Tribunal Internacional de Camboya ha condenado a cadena perpetua al jefe torturador del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, al apelar la pena de 35 años impuesta en 2010 por la muerte de unas 16.000 personas en la prisión que dirigió.

El juez de la Corte Suprema del tribunal, Kong Srim, elevó la condena previa existente, al añadir tras el juicio reciente los cargos de exterminio, esclavitud, encarcelamiento, tortura a los de crímenes contra la Humanidad y de guerra por los que había sido condenado en primera instancia.

La Sala también anuló la compensación por el tiempo pasado en la cárcel sin juicio, entre 1999 y 2007, y desestimó el peso de los atenuantes expuestos por la defensa. «Los crímenes cometidos por Kaing Guek Eav se encuentran entre los peores de la historia. Merecen la pena más dura que exista», dijo el juez.

 HUIDA Y CONVERSIÓN A JESÚS
El experimento comunista de Pol Pot acabó con la toma de la capital camboyana por el ejército del Vietnam. Kaing y otros muchos guerrilleros del Jemer huyeron de sus puestos y se ocultaron en las junglas de la región oeste de Camboya. Así, dejaron atrás numerosos documentos inculpatorios, que implicaban, especialmente a Duch como uno de los principales responsables de la matanza.

Tras huir, Duch pasó un año en China como profesor de lengua; luego volvió a Camboya como profesor de matemáticas y consiguió cambiar su identidad. Bajo un nuevo nombre, incluso cooperó para esclarecer los hechos ocurridos durante el tiempo en el que formó parte del régimen dictatorial.

Kaing se convirtió a Cristo en 1995, después que su mujer fuera asesinada por un grupo de bandidos. Su experiencia de fe fue guiada por “un pastor protestante camboyano”, que había viajado a EEUU para formarse y volvió a su país natal para “ayudar a sus compatriotas a encontrar a Cristo”. A este pastor, reconoce Kaing, le contó todo su pasado, después de convertirse.

Finalmente unos periodistas de Far Eastern Economic Review encontraron a Duch en 1999  , después de 20 años de desaparición. Trabajaba como asistente médico en un campo de refugiados del American Refugee Committee en el norte de Camboya. Kang Kek Ieu reconoció -y así se publicó en la revista- haber participado en torturas, asesinatos y crímenes contra la humanidad y que estaba preparado para testificar contra otros líderes. También explicó que se había convertido al cristianismo evangélico, que era un cristiano “nacido de nuevo”.

Tras su conversión, Kaing ha cooperado con la justicia, de hecho ha sido el único que lo ha hecho reconociendo su culpabilidad en lo ocurrido en el pasado. Y también ha pedido perdón a las víctimas , afirmando que como él, otros ex Jemeres Rojos, “también han elegido mi camino”, es decir, también se han convertido a Jesús.

 APELACIÓN
Kaing Guek Eav, alias Duch, había recurrido la sentencia anterior, que había sido rebajada a 30 años en compensación por la detención ilegal, y había pedido la absolución a pesar de haber reconocido su culpabilidad en la tortura y asesinato de miles de personas en la prisión de Tuol Sleng, conocida también como S-21. En el caso de haberle mantenido la misma pena, Duch habría tenido que cumplir otros 17 años de cárcel por haber pasado ya casi 13 entre rejas.

Durante la apelación, sus abogados mantuvieron que el tribunal auspiciado por Naciones Unidas no tiene jurisdicción para procesar a su cliente, ya que consideran que no fue un destacado cargo del régimen ni responsable directo de los crímenes cometidos dentro de la prisión, en la que, de acuerdo a ellos, se limitó a cumplir órdenes.

El juez rechazó los argumentos de la defensa y estimó que los jueces de la sala de primera instancia habían dado demasiada importancia a atenuantes como la colaboración de Duch con el tribunal, sus muestras de arrepentimiento y peticiones de perdón a las víctimas.

La Fiscalía también recurrió el fallo inicial para pedir cadena perpetua, conmutable por no menos de 45 años, al considerar «oportunista» la cooperación del acusado.

Duch escuchó la mayor parte del discurso del juez sentado en su banquillo y solo se sentó en la palestra unos minutos para oír la sentencia definitiva recibida con alegría por las víctimas. «Estoy muy satisfecho con la sentencia, era la única forma de hacer justicia», afirmó Bou Meng, uno de los pocos supervivientes de la prisión.

 PODRÍA RECUPERAR LA LIBERTAD
Los abogados de las víctimas recalcaron sin embargo que, según la ley camboyana, el condenado puede pedir el perdón tras 20 años de prisión, lo que en el caso de Duch se cumpliría dentro de 7 años.

Duch es el primero de entre los destacados cargos del Jemer Rojo implicados en las atrocidades cometidas durante el régimen que causó la muerte de al menos 1,7os 1,7
Spanish: Biblia Reina Valera - revisión de 1995 - RVR95

7 »Pero de la casa de Judá tendré misericordia: los salvaré por Jehová, su Dios.ñ No los salvaré con arco, ni con espada, ni con guerra, ni con caballos ni jinetes».
millones de personas, entre 1975 y 1979.

Otros tres acusados, el ideólogo y número dos de la organización, Nuon Chea; el ex ministro de Exteriores, Ieng Sary; y el exjefe de Estado, Khieu Samphan, se sientan desde el pasado noviembre en el banquillo del tribunal. Pol Pot, máximo dirigente del Jemer Rojo, murió en abril de 1998 en la base de la guerrilla situada en Anlong Veng, en el noroeste de Camboya.

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