El corazón donde Dios habita

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“Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, 
y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes para vivificar el corazón de los contritos.” —Isaías 57:15

Dios describe dos lugares donde Él está dispuesto a habitar: En Su santo trono y en el corazón de los humildes. ¡Qué asombrosa comprensión el saber que el Dios del universo desea habitar con nosotras!

La humildad abre la puerta para que la presencia de Dios habite en nuestros corazones. Jesús comparó Su condición a la de un niño pequeño. Es el reconocimiento de que no podemos ayudarnos a nosotras mismas, de que somos completamente dependientes de Él. La humildad no exige o demanda el control; gozosamente se somete al control de su Amo.

Un espíritu orgulloso y rebelde manifiesta un pobre concepto de Dios y un alto concepto de sí mismo. Cuando vemos a Dios tal cual Él es -Alto y Sublime- y nos vemos a nosotras mismas como realmente somos —pecadoras y necesitadas— nos sentimos impulsadas a postrarnos delante de Él en humildad y adoración. Ya no demandamos más nuestros “derechos”, sino que humildemente reconocemos nuestra desesperada necesidad de obtener la gracia y la misericordia de Dios y estimamos a todos los demás como mejores que nosotras mismas.

El apóstol Pedro escribió, «Revestíos de humildad en vuestro trato mutuo, porque DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS, PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo, echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:5-7).

La actitud de Su corazón está completamente opuesta a la perspectiva feminista que insiste en luchar por el poder.

Como dijo nuestro Señor, “Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado.” (Mateo 23:12).

Tómate un tiempo para reflexionar

¿Está tu vida caracterizada por la humildad? Repasa lo que leíste hace unos días en 1 Pedro 2 y luego lee 1 Pedro 3. Mientras meditas en estos pasajes, ¿qué puedes ver en el ejemplo de Cristo que debiéramos adoptar como patrón para nuestras propias actitudes, acciones y reacciones?

Fuente: https://www.avivanuestroscorazones.com/blogs/mujer-verdadera/-22-el-corazon-donde-dios-habita-prepara-tu-corazo/


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