El fútbol y la iglesia: Coincidencias y diferencias

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He elaborado esta lista de coincidencias y diferencias entre la iglesia y el fútbol. Seas o no un deportista, entenderás estos puntos.

  1. En el fútbol cada tiempo dura 45 minutos. En la iglesia no sabes cuánto durará cada tiempo (el de la música, saludos, sermón, ofrendas, testimonios, anuncios, etcétera).
  2. En el fútbol hay gente que golpea, en la iglesia también.
  3. En el fútbol tienes que usar uniformes extraños, en la iglesia también, sobre todo si eres ujier, o del grupo de danza.
  4. En el fútbol el técnico toma las decisiones y no puedes reclamar. En la iglesia, tampoco.
  5. En el fútbol podría morderte Luis Suárez. En la iglesia, si Luis muerde a alguien estaría en disciplina. Si es la hija del pastor, deberá despedirse de sus muelas.
  6. En el fútbol te ayudan a recuperarte cuando estás lastimado. En la iglesia… ¿cuánto quedó Argentina – Suiza?
  7. En el fútbol te ubican de acuerdo a tus habilidades (portero, defensa, mediocampista, delantero). En la iglesia te ubican de acuerdo a las ausencias. (si no hay profesores, ¡bienvenido! eres el nuevo profesor)
  8. En el fútbol hay autogoles, en la iglesia también.
  9. En el fútbol hay suplentes para reemplazar a otros jugadores. En la iglesia nadie quiere ser reemplazado (todos quieren ser el Messi del ministerio.)
  10. En el fútbol, ganes o pierdas, sigues intentando. En la iglesia, cuando pierdes quieres irte porque “Dios te reveló que debes ir a otro lugar”.

Dejemos de jugar en contra de nosotros mismos, es hora de colocarnos la misma camiseta e ir juntos hacia la meta. No importa si no eres delantero, la función que desempeñas es clave para el equipo. Como dice la frase: esto no se termina hasta que se termina. No nos dejaremos golear en los últimos minutos, porque llegará el día, en el que nos dirá: Felicidades, campeones.

Y la iglesia será un solo equipo, como debió serlo toda la vida, como Él lo soñó siempre. Todos jugando juntos, ganando y perdiendo juntos, pero sin perder la vista de la meta: estar con Él nuevamente.

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