En Cristo no hay karma: hay gracia

En-Cristo-no-hay-karma-solo-hay-gracia

Recientemente tuve la oportunidad de leer, estudiar, y escuchar una serie de prédicas sobre la primera carta de Pedro, una carta llena de tantas verdades sobre quién es el Señor y cómo nos cuida a través del sufrimiento.

Yo sé. A nadie le gusta hablar del sufrimiento. Pero, esto ocurre exactamente porque no hemos entendido el sufrimiento a la luz de la Biblia. Por alguna razón, cuando se menciona el sufrimiento, usualmente la gente reacciona diciendo: “Seguramente hiciste algo malo, por lo tanto Dios te está enseñando una lección”, o si eres el que está sufriendo: “En realidad no sé qué hice mal…”; y si eres un “buen” cristiano le agregas: “…pero no sé que me está tratando de enseñar Dios”.

Varias veces he escuchado a las personas responder de esta forma. Sinceramente, esta es la forma que yo reaccionó ante el sufrimiento la mayoría de las veces. Como si Dios actuara en mi vida según un sistema de karma. Hago algo malo, y Dios responde con una consecuencia para enseñarme una lección. Hago algo bueno, y Dios me bendice. Aunque es diferente en el sentido de que le agrego el elemento de “Dios” al final, actuamos bajo el mismo principio del karma.

Entonces, ¿cómo podemos comenzar a cambiar esta mentalidad? ¿Como podemos renovar nuestras mentes para entender la voluntad de Dios en el sufrimiento? (Ro. 12). Frecuentemente tengo que recordar cinco verdades para reaccionar al sufrimiento de una forma Cristocéntrica.

  • El sufrimiento no se trata de ti. La primera tentación ante el sufrimiento es enfocarte en ti mismo. “¿Por qué yo Dios?”. ¿Te suena conocido? Mis padres muy sabiamente me decían en momentos de dificultad: “Está bien llorar, está bien sentirte triste, pero recuerda, este no es el fin del mundo”. Aun en momentos de sufrimiento, Dios es constante, Dios reina (Jn. 16:33).
  • Dios sabe y actúa en base a Su conocimiento. Dios actúa según su previsión (1 P. 1). Dios es omnisciente, lo que significa que nos conoce mejor que cualquier persona; conoce todo lo que ha pasado, está pasando y pasará en nuestras vidas y Él no desperdicia nada. Dios trabaja para nuestro bien en todo, según Su voluntad. Él ya sabe el resultado de nuestra dificultad y lo está usando para cumplir Su propósito en ti. Dios nunca se olvidará de ti. En ningún momento dirá, “¡Ups! Se me olvidó que Gabriela tenía esa cita con el doctor hoy. ¡A ver qué le dicen!”. En ningún momento salimos de la esfera del conocimiento de Dios. Aunque nosotros no sepamos, aunque nosotros no entendamos, Dios sí.
  • El sufrimiento es una forma en la que Dios muestra Su gracia. Cuando le pedimos a Dios que nos muestre gracia en nuestro momento de dificultad, usualmente le estamos pidiendo a Dios que nos la muestre de una forma que remueva la causa de nuestro sufrimiento. Sin embargo, muchas veces Dios nos muestra lo que Paul Tripp llama “gracia incómoda” en lugar de “gracia que libera”. La gracia incómoda es la forma en que Dios nos refina y ayuda a crecer en momentos de dificultad. Es gracia que no necesariamente cambia nuestras circunstancias inmediatas, sino que usa nuestras circunstancias para conformarnos más a la imagen de Jesús.
  • El sufrimiento es un proceso. Muchas veces vemos el sufrimiento como las pruebas que tomábamos en el colegio; como que nuestros momentos de dificultad fueran una prueba para ver si pasamos o aprobamos. En realidad, el sufrimiento no es un momento en el que mostramos si somos cristianos maduros o no, es un proceso para crecer a la semejanza de Dios.
  • En Cristo no hay karma, solo gracia. Cuando ponemos nuestra confianza en Cristo para el perdón de nuestros pecados, encontramos también libertad de su condenación. Esto significa que cuando sufrimos, no estamos recibiendo el pago de algo malo que hicimos anteriormente. Para el cristiano eso es imposible porque Cristo ya pagó el precio de nuestra condenación. Cristo no usa circunstancias difíciles para condenarnos por nuestros pecados, sino para conformarnos más a la imagen de Su Hijo.

Dios siempre es bueno. Él no solamente permite que suframos en esta vida, nos promete que sufriremos. Como hijos de Dios, vamos a sufrir, y no hay ninguna fórmula mágica que nos hará amar el sufrimiento. Eso va en contra de nuestra naturaleza. Pero Dios es un Dios de poder que nos transforma a Su semejanza, y de la misma manera que Cristo sufrió en la cruz, nosotros debemos estar listos para sufrir como Él lo hizo, para nuestro bien y Su gloria.

Escrito por Gabriela de Morales
Gabriela de Morales está casada con Steven, estudia medicina y sirve a las mujeres de Iglesia Reforma en la Ciudad de Guatemala.
 
Fuente: http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/en-cristo-no-hay-karma-solo-gracia

Comentarios

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *