Fin de la carrera de Rivaldo -41 años- dando gracias a Dios

Fin de la carrera de Rivaldo  dando gracias a Dios

 

El delantero brasileño Vitor Borba Ferreira Gomes, ‘Rivaldo’, Balón de Oro en 1999, anunció este sábado que pone fin a su carrera como futbolista a los 41 años, a través de un mensaje publicado en internet. «Mi historia como jugador ha llegado a su fin», escribió Rivaldo en su cuenta de la red social Instagram.

«Con lágrimas en los ojos, hoy me gustaría agradecer en primer lugar a Dios, a mi familia y a todos ustedes por el apoyo, por la ternura que recibí durante estos 24 años como jugador. Hoy anuncio a todos los aficionados del mundo que mi historia como jugador ha llegado a su fin», escribió el mito del fútbol brasileño.

Rivaldo es una de las antiguas glorias del fútbol brasileño más críticas con el Mundial-2014, junto a Romario, ahora diputado federal. El pasado enero, el Balón de Oro 1999 criticó fuertemente «la vergüenza» de la organización deficiente y costosa del Mundial de Brasil.

En junio de 2013, durante la Copa de las Confederaciones, en plena agitación social de los brasileños contra la precariedad de los servicios públicos, la corrupción y el costo del Mundial, Rivaldo ya criticó la organización de la Copa del Mundo en su país.

 

FE Y COMPROMISO

 Rivaldo: «Mi mejor trofeo es haber conocido a Jesús y seguir su Evangelio”, dijo en una amplia entrevista  durante su estancia en Angola como deportista, en octubre de 2012 . 

Encontró a Dios antes de cumplir 32 años, en Brasil. Su esposa por entonces ya era cristiana evangélica, y a través de ella y de la Biblia tuvo una experiencia profunda por la que ahora sabe que “Dios existe de verdad, no quiero ir al infierno, solo seguir su camino. Ahora es como si tuviera ocho años de vida. Desde el 2004, soy una persona nueva. Le agradezco que me diera la oportunidad de tener una vida buena en la tierra y otra mejor que esta. Se lo agradezco a Dios doblemente”.

Se marchó a jugar a Angola con 40 años, donde además desarrolló una intensa actividad social y espiritual. Allí levantó una iglesia evangélica, en un país que se estaba desarrollando tras haber sufrido una guerra. También abrió un instituto de ayuda social, que trabaja tanto en Angola como en Brasil, para los más necesitados. “Dios me dio tantas cosas en este mundo durante mi vida que ahora tengo que poner mi corazón, mi energía, mi fuerza para intentar devolver todo de alguna manera” explica Rivaldo.

“Es fácil vivir en Barcelona, Londres, Sao Paulo… Son ciudades maravillosas. Es fácil dar cariño y abrazar a personas perfumadas, guapas, ricas, pero no lo es a alguien que no puede bañarse ni comer. Esas personas no tienen la culpa de venir al mundo en esas circunstancias, y hablo también de las zonas pobres de Brasil o de otro país. Al final, es algo, tal vez, del destino. Yo mismo podría ser quien estuviese allí” razona con enorme seguridad Rivaldo.

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