El gran avivamiento bajo Esdras

El gran avivamiento bajo Esdras

Nuestro viejo hermano Esdras es uno de los héroes anónimos del Antiguo Testamento. Hoy en día escuchamos muchas predicaciones acerca de Abraham, Moisés, David, Daniel y Nehemías, pero relativamente pocas acerca de uno de los más fieles sacerdotes de Israel. Así que vamos a conocer hoy un poco sobre él.

Esdras, del linaje de Aarón, encabezó uno de los avivamientos más grandes registrados en la literatura del Antiguo Testamento. Después de haber servido a Dios durante algunos años en el exilio asirio, donde había ganado el favor de los creyentes y paganos por igual, se decidió a emprender un largo viaje, de cuatro meses, de regreso a la Tierra Prometida de Palestina para la reforma de la vida espiritual del pueblo de Dios. Tan altamente estimado era por sus compañeros los judíos que un grupo de casi dos mil hombres le acompañaron en su valiente viaje. Esdras 7:10 explica la razón que motivó al hombre de Dios a volver a casa: «Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos». Este versículo nos dice cuatro cosas.

1 – . «Esdras había preparado su corazón»

Esdras seguía al Señor de corazón. Dios era su todo en todo. Toda su existencia estaba orientada en torno a la gloria de Dios. Es por eso que la llama divina dentro de él le llevó de nuevo a Israel. No pudo resistir el fuego del Señor. En lugar de seguir los caprichos de la mente carnal, se rindió a la voluntad del Espíritu y permitió que Dios guiara su corazón. Dios era su única y verdadera pasión. Esto explica por qué reaccionó tan frenéticamente cuando se enteró de que algunos israelitas se habían casado con mujeres paganas (Esdras 9:3). Esto lo golpeó en el centro de su ser porque su único deseo era ver a Dios glorificado en su generación. Su alma fue sellada por un celo ardiente por la gloria de Dios.

2 – . «Para inquirir la ley de Jehová»

Esdras había preparado su corazón para «inquirir» la palabra de Dios. Eso significa estudiar, investigar o indagar. Como predicador fiel, Esdras había llenado su cabeza y su corazón con la Ley majestuosa del Señor. Estudió la Palabra y habló la Palabra. Mientras meditaba en las Escrituras, su gran esperanza era aprender más acerca del Dios que las inspiró. Su propósito en la lectura de la Biblia no era sólo para satisfacer su curiosidad intelectual, sino probar más de la exorbitante bondad de Dios.

3 – . «Y para cumplirla»

Pero Esdras no sólo se mostró satisfecho aprendiendo la Ley del Señor, para crecer en intimidad con Dios. Puso en práctica la ley. Él obedeció. Sus preceptos lo transformaron en un bastión de santidad. Es por eso que Esdras oraba y ayunaba tanto (Esdras 8:21). Vivía lo que leía y se aplicaba toda la Escritura a su propia vida. Esdras no era un mero “fan” de Dios, era un seguidor. Así que, estudió la ley, pero también la cumplió.

4 – . «Y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos «

Esdras estudiaba la Palabra. Entonces él obedeció. Y, por último, la enseñó. Observa el orden divino en este versículo. Esdras nunca se atrevió a enseñar algo que no estaba dispuesto a vivir en su propia vida (a diferencia de los fariseos de doble cara de la época de Jesús). Esdras podía enseñar a la gente la verdad bíblica con tal poder y autoridad, porque él mismo era una Biblia andante. La ley del Señor había transformado a Esdras en un portavoz de la gloria de Dios y, por lo tanto, él podía predicar en voz alta las virtudes de la grandeza de Dios.

Conclusión

Entonces, ¿qué pasó con ese hombre que no sólo preparó su corazón, y estudió, y cumplió sino que también enseñó la Palabra de Dios? Nehemías 8 nos responde con una narrativa histórica. Se nos habla de uno de los más grandes avivamientos de la Biblia, en el que la gente estaba tan hambrienta de Dios que pidieron a Esdras que les expusiera la Palabra de Dios. Fue un momento de gran arrepentimiento y gozo mientras la sana doctrina de la Escritura impregnaba la atmósfera. ¡La reunión fue tan poderosamente bendecida con la presencia de Dios que duró desde la mañana hasta la noche! ¿Quién sabe cuántas horas se reunieron alrededor de la Palabra? ¿Cuatro, cinco, tal vez seis horas? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero sí sabemos que el avivamiento viene a través de vasos consagrados. Vasos como Esdras que se levantan y dejan atrás Asiria, para que Dios sea glorificado. Vasos (espero) como tú. Vasos (espero) como yo.

Fuente: https://www.facebook.com/notes/will-graham/el-gran-avivamiento-bajo-esdras/601698129866883

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