Los Peligros de la Pornografía Emocional

Nos preocupamos (con todo el derecho) y combatimos la pornografía visual. Pero qué hay de los peligros de la pornografía en nuestra mente y corazón?

Recuerdo cuando vi el episodio piloto de Glee hace un par de años. Lo estrenaron algunos meses antes de empezar a transmitir el show con regularidad. Era muy apropiado dejar algún tiempo antes de mostrar los siguientes episodios. Pero al final del segundo episodio, me estaba poniendo un poco incomodo. A medida que lo iba viendo, me iba dando cuenta de lo que los escritores querían hacerme sentir—El profesor buena gente podía engañar a su malvada esposa con su amable compañera de trabajo, el protagonista masculino podía engañar a su hipócrita novia cristiana con la protagonista de la historia. Era una cosa querer que los protagonistas del programa hicieran esto o aquello, pero apaga el TV en la mitad de una escena en la que ese estudiante se decidió finalmente a engañar a su novia. No lo apague porque me sintiera ofendido por el contenido que estaba viendo. Por el contrario, en ese momento había una transferencia de energía. Me encontré a mi mismo pensando en a quien debí robarle la novia durante la secundaria, y en lo fácil y genial que hubiese sido hacerlo.

Ahora recuerdo algo que me paso en Nashville, Mayo de 2009. Estoy manejando un auto alquilado, escaneando las estaciones de radio. Me detengo en la estación cristiana local, y la locutora está hablando acerca del musical de “The Notebook” que está próximo a empezar. Ella exalta el romance en la historia y lo bien que será adaptado en el escenario. “Pero que hay de “A Walk to Remember?” dice ella. “esa historia seria perfecta para un musical. Amo la forma en que me hace sentir. Y, por supuesto, “Switchfoot” tendría que tener canciones en este.”

Sin duda alguna hay una guerra contra la prevalencia de la pornografía visual en muchos rincones de nuestra sociedad— especialmente en la cultura cristiana. Hay un intento de exponer la pornografía por su promoción de expectativas sexuales irreales y explotación de la sexualidad humana. Y ese intento es muy necesario.

Pero ¿qué pasa con las expectativas emocionales y relacionales insalubres retratado en gran parte de nuestros medios de comunicación? ¿Existe realmente mucha diferencia entre el imaginario sexual impulsado por la pornografía típica y la intensidad emocional momentánea motivada por una película de romance o comedia romántica que nos envía a buscar un «amor» que no existe?

Escuché una entrevista en NPR con una escritora llamada Elizabeth Gilbert. Ella estaba hablando de la proliferación del complejo de la «alma gemela» en nuestra cultura moderna y cómo la película Jerry Maguire sirvió para reforzarlo con la famosa línea, «Tu me completas».

No necesariamente sólo los efectos resultantes de tal película son paralelos a la definición tradicional de la pornografía. Igual como se produce la excitación sexual que rodea el misterio y el encanto de qué carne puede ser vista en una película conocida por su reputación picante, así mismo somos motivados a esperar con anticipación por el clímax emocional y físico de una película de romance.

Como resultado, se nos enseña a ansiar el momento de éxtasis romántico o a vivir por el día de la boda. Aprendemos a pensar que estas son las historias reales de amor y de relación, y estamos confundidos porque son tan pocas y distantes entre la historia en la que nos sostenemos. Así que nos regresamos a lo que nos llevó a creer en esta fantasía todo el tiempo. Y nos quedamos con una anciana solitaria, sentada en su asiento de amor, frente al televisor viendo sus «historias».

Los niños finalmente entienden que las calabazas no se convierten en carrozas de cristal y que las hadas madrinas no conceden deseos, pero muchas chicas nunca crecen fuera de la idea que un día serán rescatarán de la realidad por algo de magia y un príncipe ficticio. Y los chicos nunca viven con esa fantasía en la mente o suponiendo que deben ser ese príncipe y que su cónyuge es la princesa soñada.

La próxima vez que usted está pensando en ver una película, sea consciente de lo que le atrae hacia ella. Si decide verla, reconozca el momento cuando siente el refuerzo emocional del falso amor. Y cuando usted camine hacia fuera, reconozca lo que ahora anhela y le espera.

El amor existe y es real. Hay momentos hermosos. Pero el amor se trata de la vida. Y la vida se trata del largo plazo.

Este articulo examina la aparente obsesión de nuestra cultura con historias de amor y el romance idealizado, ciertamente creo que esto despertara muchas opiniones. Algunos de ustedes estarán de acuerdo con las criticas otros no. Otros van a sugerir que la idea de culpar a Disney, Hollywood o las Telenovelas para excusar nuestro propio pecado; esta mal. Otros simplemente van a creer que no hay nada de malo con desear esa emoción que Hollywood pinta con sus historias de amor. Así que lee el artículo, y déjanos saber tu opinión.

Fuente: http://www.josueunonueve.com/articulos/colenesmith/emocional.html

Comentarios

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *