Mejora el programa de enseñanza para niños de tu iglesia

Uno de los elementos más importantes y necesarios en el trabajo con niños es saber qué enseñar y cómo enseñarlo; sin embargo, en muchísimas iglesias no se sigue un curso de enseñanza, las clases no están conectadas entre sí en un programa de estudio y no hay ningún currículo de contenidos.

El resultado de esto es que nadie termina aprendiendo demasiado de nada y el ministerio de niños en vez de ser un programa educativo de valores abordados desde la Palabra de Dios, es más bien una guardería para que los niños no molesten mientras los adultos aprended de Dios. Algunas iglesias al menos queriendo ser muy innovadoras y únicas, terminan intentando armar su propio currículo de enseñanza preparando más bien eventos que un programa educativo y entonces mueren en el intento de hacer una buena enseñanza.

¿Cómo cortar el ciclo?

No intentando reinventar el agua azucarada. El agua azucarada ya existe y se llama Coca Cola o Pepsi, y viene de varios gustos. Los currículos de estudio para niños también ya existen y cada año hay nuevos y mejores trabajo.

Hablo de este tema con pasión y preocupación porque tuve la oportunidad de estudiar una maestría en Diseño Curricular y esta ha sido mi área de trabajo durante los últimos años. Tuve el privilegio de ser invitado como experto en el diseño del currículo base de la educación pública de mi país, de diseñar la estructura curricular de la Universidad San Pablo de Guatemala y de armar la base del Instituto e625. He estado involucrado en el diseño de currículums de varios contextos y dimensiones y créanme: hacer uno es una tarea titánica e impracticable para cada maestro de niños así que… ¡Aprovecha el esfuerzo que otros ya han hecho en este rubro y simplemente adapta a tus niños las guías de lecciones que ya existen!

Características para escoger un currículo

Nadie conoce a tus niños como tú y tu ministerio es parte de una iglesia con una agenda de valores o visión pastoral. Tomando ambas cosas en cuenta tú puedes adaptar cualquier currículo a tus necesidades, aunque claro que unos pueden funcionar mejor que otros.

Mis recomendaciones para elegirlos son las siguientes:

  • Define el perfil de egreso en cada etapa

Un buen currículo tiene claro lo que desea ayudar a producir en los estudiantes. Estas definiciones deben estar claras para cada etapa. No puede ser el mismo currículo para niños en edad preescolar que para niños que estudian en la primaria. Una pregunta que podemos hacernos aquí es: ¿cómo visualizamos a los niños que salen de cada etapa? Por ejemplo: ¿qué quisiéramos que fueran capaces de hacer, conocer y sentir los chicos al terminar la escuela dominical para que estén listos para pasar su adolescencia? ¿Cómo los vamos a preparar para esta nueva etapa?

Podríamos pensar algo así como: Yo quisiera que al salir de la escuela dominical ellos puedan:

  • Saber que tienen un Dios todopoderoso y que pueden confiar en Él no importando las circunstancias.
  • Aprender a tomar decisiones basándose en lo que saben de la Palabra de Dios.
  • Tener una base de amigos cristianos sólida que les permita entrar en la adolescencia.
  • Tener al menos cinco adultos en su vida a los cuales los puedan ver como referentes de fe (Kara Powell explica mejor este punto).
  • Empezar a descubrir sus dones para poder servir a otros con ellos.

Debemos tener claridad del inicio y el final de cada etapa. Creo que en nuestras iglesias perdemos a muchos de nuestros miembros cada vez que cambian de etapa en su vida.

  • Que tenga una base fuerte en la Biblia

Uno de los objetivos fundamentales del currículo que escojamos es que nuestros chicos puedan tomar decisiones sabias basadas en lo que la Biblia dice. Creo que el contenido de la Biblia debe ser enseñado de manera creativa pero no debemos dejar a un lado el aprendizaje de versículos bíblicos y sus historias.

Si analizamos el currículo que estamos evaluando, podríamos hacernos las siguientes preguntas al respecto:

  • ¿Cuántos libros de la Biblia estudia?
  • ¿Cuántos versículos bíblicos memorizarán los niños?
  • ¿Ayuda a que los niños puedan seguir aprendiendo la Biblia en su casa con ayuda de sus padres?
  • ¿Permite que nuestros chicos analicen situaciones y construyan soluciones?
  • ¿Es congruente con lo que enseñamos en la iglesia?

No descartemos los ejercicios de memorización de versículos. En mi opinión siguen siendo valiosos los llamados “esgrimas bíblicos” y los diferentes concursos donde les preguntamos a los niños sobre versículos específicos premiando al que pueda dar la mayor cantidad de respuestas.

A su vez, además de todo lo que ocurre en la iglesia con la formación espiritual de la niñez, debemos motivar a los padres a tener Biblias para niños en casa y a leerlas con ellos. Javier mi hijo más pequeño tiene mucha afición a la lectura. Al día de hoy ha leído seis Biblias de niños completas y me parece que fueron un excelente recurso para después poder leer la Biblia como tal.

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