Por qué unirse a una iglesia: 6 razones

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Una de las cosas más contraculturales que puedes hacer es convertirte en un miembro comprometido de una iglesia local fiel.

En nuestra era frívola y sin compromiso, ni los que no son cristianos ni los cristianos están naturalmente inclinados a encontrar un lugar para echar raíces y hacer compromisos objetivos a largo plazo por el bien de los demás. Queremos mantener nuestras opciones abiertas y, sobre todo, preservar nuestra propia libertad de elección, en lugar de hacer un pacto a largo plazo y adoptar un marco para la vida real en todos sus altibajos.

Pero, ¿y si fueras contra la corriente y te convirtieras en parte de la solución al problema moderno de ser tan evasivo? ¿Y si te unieras a la rebelión y prometieras tu lealtad y compromiso con una iglesia local que cree en la Biblia y ama el evangelio?

¿Menciona la Biblia la membresía?

A la mayoría de nosotros nos ha llamado la atención en algún momento el concepto de membresía de la iglesia. “Membresía”: ¿dónde vemos eso en el Nuevo Testamento? ¿Es realmente esencial unirse a una iglesia? ¿No puedo conseguir todo lo que necesito como cristiano siendo un asistente regular?

Es cierto que el Nuevo Testamento no hace argumento directo alguno para nuestro concepto moderno de membresía. El avance inicial del evangelio en un mundo pagano y pre-cristiano era una situación diferente a la que encontramos hoy en día en nuestra sociedad cada vez más post-cristiana. Las complejidades de la vida dos milenios después hacen la pertenencia a la iglesia tan difícil y tan importante como nunca antes. No solo estamos menos dispuestos a hacer compromisos firmes, sino que nuestras ciudades y pueblos son mucho más grandes, y las opciones de iglesia más diversas.

Pero ya sea que lo llames “membresía”, “asociación”, o algo más, el Nuevo Testamento asume algún tipo de pertenencia comprometida y responsable como una realidad para todo discípulo verdadero de Jesús. Cada cristiano tiene un lugar definitivo de pertenencia local. Ser bautizado es convertirse en parte de un cuerpo local particular.

“En el Nuevo Testamento”, John Piper observa, “ser excluido de la iglesia local significaba ser excluido de Cristo”.

Seis razones para echar raíces

Aquí hay seis razones, entre muchas, para ir contra la corriente del no compromiso, echar raíces, unirse a una iglesia local en particular, e involucrarse tanto como sea posible en la vida de esa iglesia.

1. Tu propia seguridad

Ser aceptado en la membresía de una iglesia que cree en la Biblia y es liderada responsablemente con justa razón da afirmación y refuerza la confianza de que tu fe es real; que no es tu propia religión privada, hecha por ti mismo, sino que forma parte de “la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos” (Judas 3).

Jesús da a su iglesia “las llaves del reino de los cielos”, y de acuerdo a Mateo 16:19, “lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos”. No es poca cosa que una iglesia local sólida encuentre que tu profesión de fe sea creíble, que tu estilo de vida y conducta no te descalifiquen, y te acepte en su membresía.

Hay más gracia a ser experimentada en esto, por nuestra seguridad, que lo que la mayoría de nosotros sabemos.

2. El bien de otros

Esta es quizás la razón pasada por alto más a menudo para unirse a una iglesia. En nuestra inclinación al auto-enfoque, consideramos los motivos relacionados directamente con nosotros, pero pasamos por alto como nuestra membresía se relaciona con los demás.

El hecho de pertenecer a algún lado establece una base desde la cual podemos cuidar confiadamente de los demás. Hay dos lados en la membresía de la iglesia, y no podemos mantener a otros rindiéndonos cuentas por su bien a un pacto que nosotros mismos no hemos tomado.

El verdadero amor no solo se manifiesta en el afecto y la acción, sino también en la lealtad. No amamos completamente a nuestros hermanos y hermanas en Cristo si retenemos nuestra promesa de lealtad al no hacer un pacto con ellos en la vida de la iglesia local. El amor no dice: “Amo a estas personas y no necesito hacer un pacto con ellos”. Más bien dice, “Amo a estas personas lo suficiente como para hacer un pacto con ellos”.

Vivir la vida cristiana en comunidad es más que simplemente asociaciones flojas, sino que es comprometerse el uno al otro a estar ahí el uno para el otro cuando la vida sea dura, en la enfermedad y en la tristeza.

3. Tu propio bien

Por otro lado, es para tu propio bien tener a otras personas genuinamente comprometidas con cuidar de ti en Cristo. Y las personas que van a cuidar mejor de ti en el largo plazo son las que están dispuestas a comprometerse con ello.

Unirse a la iglesia también te identifica formalmente como parte del “rebaño” que los pastores y ancianos de la iglesia deben “pastorear” (1 Pedro 5:2) y a quienes deben “prestar especial atención” (Hechos 20:28). Es por tu propio bien que los líderes piensen en ti y te cuiden intencionalmente.

4. El bien de tus líderes

Aporta claridad a los líderes acerca de quién está en su “terreno”, quién está “a su cargo” (1 Pedro 5: 3), a quiénes en particular están llamados a servir y pastorear.

En otras palabras, que te unas formalmente a la iglesia ayuda a los pastores y ancianos a hacer su trabajo. ¿Cómo van a pastorear al rebaño si no saben quién está en ese rebaño y quién no?

Es difícil, si no imposible, respetar y estimar a sus líderes (1 Tesalonicenses 5:12-13), honrarlos (1 Timoteo 5:17), obedecerlos y someterse a ellos (Hebreos 13:17) sin identificarte y someterte a la estructura de membresía que les permite conocer y cuidar mejor a aquellos a su cargo.

5. El bien de los incrédulos

Otra buena razón para unirse a una iglesia es el bien de aquellos que aún no están allí, incluso aquellos que todavía no conocen a Jesús. Tenemos un mejor alcance y mostramos mejor a Cristo como parte de una comunidad comprometida y estable. “En esto conocerán todos que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Juan 13:35).

Un cristiano solitario no es el mejor testigo de Cristo. Más bien, alguien que está establecido, tiene un hogar, y es parte de una comunidad sólida de apoyo que tiene un pacto, está mejor preparado para atraer a otros al reino.

La comunidad es cada vez más importante en el testimonio hoy en día. Como los cristianos que son verdaderamente fieles a la voz de Cristo se encuentran cada vez más en la minoría de la sociedad, necesitamos otros creyentes a quienes apuntar, que no estamos solos en nuestros puntos de vista aparentemente extraños, tanto en la historia como en la actualidad. Y toda la comunidad sirve para mostrar mejor a Cristo que cristianos individuales.

Esto sucede mejor no en asociaciones no confiadas y no comprometidas, sino en relaciones profundas, comprometidas, bien establecidas y en las que se hace vida juntos en esta disposición a prueba del tiempo llamada “la iglesia local”, establecida y sostenida en la sabiduría y el poder de Jesús mismo.

6. Tu propia perseverancia

Por último, hacer un pacto con otros ahora para que no dejen que te desvíes del evangelio, sin que presionen duro para traerte de vuelta, puede un día probar ser inestimable para tu perseverancia en la fe; y tu eternidad con Cristo. Es como dijo Jesús, después de todo, el que persevere hasta el fin será salvo (Mateo 24:13).

En un buen pacto con la iglesia, nos unimos en yugo a la rendición de cuentas mientras estamos en nuestro sano juicio, en caso de que algún día el pecado consiga un punto de apoyo en nuestros corazones y nos ciegue a la verdad. La disciplina de la iglesia es difícil, pero es tan buena. El objetivo es siempre la restauración, y Dios se ha sentido a menudo complacido de utilizar estos medios difíciles para derramar su gracia sorprendente.

“Hermanos míos, si alguien de entre ustedes se extravía de la verdad y alguien le hace volver, sepa que el que hace volver a un pecador del error de su camino salvará su alma de muerte, y cubrirá multitud de pecados”, Santiago 5:19-20.

Escrito por David Mathis
David Mathis (@davidcmathis) es anciano en Bethlehem Baptist Church en Twin Cities, y es editor ejecutivo en Desiring God. Él escribe regularmente en www.desiringGod.org.

 
Fuente: http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/por-que-unirse-a-una-iglesia

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