¿Quién es la chica adecuada para mí?

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Bueno, chicos, estoy seguro que has oído preguntas como ésta un millón de veces. Tal vez incluso, alguna de ellas, te las hayas hecho a ti mismo. “¿Quién es la chica adecuada para mí? ¿Qué aspecto tendrá? ¿La conozco ya? ¿Cómo sabré quién es?”

Es cierto que todas son preguntas bastante honestas (y apropiadas). Pero hay algunas preguntas que son más fundamentales que los cristianos solteros deben preguntarse a sí mismos antes de pensar en tener novia.

Pregunta 1: ¿Soy un hombre?

Dios no creó a un niño y a una niña en el jardín del Edén. Hizo un hombre y una mujer. El plan de Dios para el matrimonio es para los hombres, no para niños debiluchos. Un hombre de Dios debe ser maduro, emocionalmente estable, responsable y capaz de cuidar de una mujer de Dios. Así que, si todavía estás tratando de ser el “payaso de la iglesia” para estar constantemente llamando la atención sobre ti mismo, esto es un signo seguro de que no deberías estar pensando en buscar novia. Vas a maldecirla en lugar de bendecirla si eres sólo un niño con cuerpo de hombre. Un niño sólo piensa en sí mismo, mientras que un hombre se preocupa por los demás.

Pregunta 2: ¿Puedo proveer sus necesidades económicas?

Un hombre, no sólo debe ser capaz de ofrecer apoyo emocional a su potencial pareja, sino también estabilidad económica. Esto no significa que tienes que ser el hombre más rico de tu círculo cristiano, pero sí significa que tienes que tener una ética del trabajo sólida y una actitud sana hacia el trabajo duro. Dios siempre enviará su bendición sobre estos chicos. En los días del Antiguo Testamento, los hombres del Señor se aseguraban de que sus esposas tuvieran un techo sobre sus cabezas, una cama donde dormir y comida sobre la mesa. Si no puedes proveer para una chica, entonces, definitivamente no es el momento adecuado para pensar en una relación.

Pregunta 3: ¿Puedo proveer sus necesidades espirituales?

Los hombres, como la Biblia deja bien claro, son las cabezas del hogar. Un hombre de Dios es responsable por el bienestar espiritual de su esposa. Esto significa que debe ser capaz de enseñar a su futura esposa (y a los niños) la sana doctrina. Además, debe asegurarse de que ella está en un ambiente de iglesia donde el Evangelio se predica claramente y las Escrituras se exponen constantemente. Pero si no tienes una vida de oración íntima con Dios y si no reservas tiempo para meditar diariamente en las Escrituras, ¿cómo crees que serás capaz de edificar espiritualmente a tu esposa? Respuesta: ¡No lo harás! Si Cristo no es el centro de tu propia vida personal, seguro que no será el centro de tu vida marital tampoco.
Conclusión:

Si los cristianos sólo se hicieran estas tres sencillas preguntas antes de pensar en una relación, un montón de vidas se salvarían de tantas innecesarias tragedias e innumerables corazones no tendrían que ser rotos. Así que, pregúntate a ti mismo una vez más: ¿Soy un hombre? ¿Puedo proveer sus necesidades económicas? ¿Puedo proveer sus necesidades espirituales? Y si la respuesta es “sí” a todas estas preguntas, entonces sigue buscando al Señor y su justicia y todo lo demás (incluso una mujer de Dios, si el Señor así lo desea), se te añadirá (Mateo 6:33).

Artículo original: http://www.sexualidadj.org/2015/08/quien-es-la-chica-adecuada-para-mi.html
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