7 Cosas que aprendí de el León, la bruja y el ropero

7-Cosas-que-aprendí-de-el-León,-la-bruja-y-el-ropero---Por-Steven-Morales

 
Por las últimas dos semanas he estado escribiendo una pequeña serie sobre las crónicas de Narnia y cómo su historia (en particular, El león, la bruja, y el ropero) nos puede ayudar a entender mejor la historia del evangelio. Entonces, me gustaría concluir esta serie con unas observaciones finales. Aquí siete cosas que he aprendido de esta historia.

1. Conocer a Aslan me ayudó a amar a Cristo.

Las palabras de Aslan resuenan y su obra redentora refleja la de Cristo. El retorno de Aslan a un pueblo que había vivido por tanto tiempo en el invierno evoca el retorno de Cristo a la nación de Israel del Nuevo Testamento que había vivido por muchos años bajo el gobierno silencioso de Dios. Los habitantes de Narnia habían vivido tanto tiempo en el frío del invierno que estaban comenzando a olvidar el calor de la primavera. Por años esperaron el retorno de Aslan, y que la promesa se consumara, y que los tronos de Cair Paravel se ocuparan. Aslan retornó finalmente, pero fue en su propio tiempo y sabiduría. Uno no puede evitar sino notar en esta historia lo que los judíos deben haber sentido cuando vieron a Cristo como lo que era realmente, su anhelado Salvador.

2. Conocer a Edmundo me ayudó a reconocer mi propia naturaleza pecaminosa.

Fácilmente podemos caer en la trampa tentadora del pecado engañoso. Recuerdo la primera vez que leí esta historia, inmediatamente juzgué a Edmundo, y me vi a mí mismo más como Pedro. La verdad del asunto es que las palabras y acciones de Edmundo no son foráneas a nosotros, porque probablemente, en algún punto de nuestras vidas, las hemos silenciado. Muchos de nosotros saltaríamos a la primera oportunidad de recibir los deseos de nuestros corazones, pecaminosos como son. Esta historia es un recordatorio de que lo que verdaderamente necesitamos no es algo que deseamos naturalmente o podemos concebir, pero es algo dado por Dios a través del Espíritu Santo (1 Co. 2).

3. Conocer a la Bruja Blanca me ayudó a odiar el pecado, el diablo, y la maldad.

La Bruja Blanca representa al diablo y a la naturaleza caída del mundo, y básicamente, la muerte. Su naturaleza como un pálido cadáver trae solamente miseria, traición y vergüenza a aquellos que se encuentran con ella. Ella ha estado presente desde que los hombres llegaron a Narnia al igual que el pecado entró al mundo a través de los hombres. Con todo, ella no es todopoderosa e incluso debe su existencia a Aslan, al igual que el diablo es un ser creado y debe su existencia al Señor.

4. Edmundo tiene que ser salvo antes de que cambie su conducta, y lo mismo se puede decir de nosotros.

Edmundo es rescatado, a pesar de sus propias acciones, por la obra sacrificial de Aslan. Es restaurado a una nueva vida no por sus propios esfuerzos, sino por la muerte de Aslan en la Mesa de Piedra y Su resurrección a una nueva vida. Nota también que no se le requiere a Edmundo que cambie su comportamiento para ser salvo, más bien, Aslan agresivamente rescata a Edmundo de las garras de la Bruja y luego le habilita para vivir una nueva vida. La obra redentora representa la de Cristo, que es una realidad en nuestras vidas. Así como los israelitas fueron rescatados de la esclavitud en Egipto, y luego se les dió la ley, nosotros no somos salvos porque seamos obedientes, sino somos salvos primero y luego a través de nuestra salvación se nos habilita para que verdaderamente obedezcamos.

5. Dios no es un “Dios domesticado”.

Aslan es descrito como “no es un león domesticado”. A veces, vemos el lado amable y juguetón de Aslan. En otros momentos, ¡Aslan puede ser absolutamente aterrorizante! Esto es cierto con respecto a Dios también. Él, al mismo tiempo, es omnipotente, justo, airado, misterioso, amoroso y misericordioso. Dios no es un Dios que podemos comprender. Él no puede ser domesticado por nuestra lógica o simple comprensión del mundo (Job 11:7). Él es un Dios que tememos porque Él es un misterio para nosotros. Esto no es malo. Es enteramente lo opuesto. Un Dios que está más allá de nuestra comprensión es un Dios que es mucho más grande, más hermoso, y más poderoso que cualquier otra cosa que puedas imaginar. Nosotros podemos llenarnos de esperanza en saber que Dios es mucho mejor que cualquier domesticada, o amansada versión que pudiéramos inventar.

6. Un pecado siempre llevará a otro pecado.

El pecado de Edmundo viene de adentro. Comenzó con egoísmo y glotonería. No mucho después terminó en traición. Tal vez lo más importante que aprendemos de su ejemplo es que el pecado no está aislado. Crece y se multiplica. Si no se muestra en una manera, seguramente encontrará otra. Esto es porque todo pecado viene de la misma fuente: nuestros corazones rebeldes. Si no tenemos corazones nuevos, entonces el pecado tendrá una mayor presencia en nuestras vidas. Todos necesitamos desesperadamente lo que Edmundo necesitaba: un sustituto que tome nuestro castigo en nuestro lugar para que podamos recibir un corazón nuevo y ya no estemos más esclavizados al pecado.

7. El evangelio es salvación otorgada por el más justo al más indigno.

La historia de Narnia siempre me lleva de regreso a la Palabra. Frecuentemente vuelvo a las palabras de Pablo en 1 Timoteo 113-17, donde mi orgullo es destrozado y mi corazón se enfoca en el mensaje del evangelio,

…aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante, con la fe y el amor que se hallan en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero. Sin embargo, por esto hallé misericordia, para que en mí, como el primero, Jesucristo demostrara toda su paciencia como un ejemplo para los que habrían de creer en El para vida eterna. Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a Él sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Escrito por Steven Morales
Steven es el editor asociado de Coalición por el Evangelio. También sirve como uno de los pastores en Iglesia Reforma en la Ciudad de Guatemala. Puedes encontrarlo en Twitter.
 
Fuente: http://blogs-es.thegospelcoalition.org/steven-morales/un-cristiano-en-narnia-siete-cosas-que-aprendi-de-el-leon-la-bruja-y-el-ropero/

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