Cristianos que no oran

Cristianos-que-no-oran-Por-David-Wilkerson

 

Los cristianos que no oran no se dan cuenta del peligro en que se encuentran. Podrás argumentar: «Bueno, y ¿qué si algunos cristianos no oran? Todavía siguen siendo creyentes: han sido lavados por la sangre, han sido perdonados e irán al cielo. ¿Dónde está el peligro si se entibian un poco?»

Yo creo que nuestro Padre Celestial se da cuenta de que vivimos en una época muy ocupada, con muchas cosas que nos demandan tiempo y energía. Y los cristianos están también atrapados en el ajetreo y las actividades como los demás. Sin embargo, no puedo creer que Dios tome a la ligera nuestro rechazo al acceso a Su presencia, que le costó la vida a su Único Hijo.

Dios ha hecho que Cristo sea nuestra torre fuerte. Pero sólo aquellos que «corren a Él» están seguros (ver Proverbios 18:10). Si no corres a Él, todavía estás afuera de la puerta. Estás parado donde Israel se paró, pero Dios ya no sale a recibir a nadie en la puerta. Toda la provisión que necesitamos está adentro: Perdón de pecados, misericordia en el tiempo de necesidad, poder para vencer.

Imagínate el dolor que sienten el Padre y el Hijo por el rechazo. Yo me imagino esta conversación entre ellos:
«Hijo, Tú fuiste golpeado, burlado, crucificado y enterrado. Me dolió tanto que cerré mis ojos. Sin embargo, cumpliste el pacto eterno. Proveíste aceptación y acceso para todos aquellos que confían en Ti. Por ti, el pueblo de los últimos días podrá venir a Mí. Y crecerán poderosos en Mi fuerza, construyendo reservas de fe contra el diablo, el cual los tentará y los probará como nunca antes lo haya hecho».

«Sin embargo, ¿dónde están nuestros amados hijos? Pasa el lunes y nunca los vemos. Llega el martes y todavía no los vemos. Llega el miércoles sin verlos. Pasan el jueves, viernes y sábado y no los vemos. Sólo se acercan a nosotros el domingo mientras están en la iglesia. ¿Por qué no vienen? ¿No nos aman?»

Dios le hizo a Adán la misma pregunta cuando Adán se escondió del Señor en el huerto del Edén: “¿Dónde estás tú?» (Génesis 3:9). El Señor supo todo el tiempo donde estaba Adán. Él, en realidad, le estaba preguntando a Adán por qué había rechazado su compañía. Y le estaba mostrando que era peligroso esconderse de Su presencia.

De hecho, muchos cristianos que no se apropian del acceso al Padre acaban en la “condición Sardis”. El Señor instruyó a Juan: «Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estas muerto» (Apocalipsis 3:1).

Escrito por David Wilkerson
Fuente: http://sermons.worldchallenge.org/es/node/32508

Comentarios

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *