No quedan iglesias cristianas en Afganistán

Según  un informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos, ya no hay ninguna iglesia cristiana abierta al público en Afganistán.  El país asiático ha vivido en los últimos años un importante retroceso en libertad religiosa y de culto que se ha intensificado tras la intervención de las tropas de la ONU en el territorio.

Según Todd Nettleton, de La Voz de los Mártires, la última iglesia cristiana conocida fue demolida el pasado año. Aunque en la época de control talibán “era muy difícil trabajar”, había algún elemento de apertura que facilitaba la misión cristiana.

Otra importante organización misionera, Puertas Abiertas (Open Doors), reconoce las dificultades de los cristianos en el país. Afganistán ocupa el tercer lugar en la Lista de Vigilancia Mundial, un estudio que clasifica los países donde la persecución de los cristianos es mayor.

El informe del gobierno estadounidense incide en que la situación se ha agravado en los últimos años desde una presión social más extrema, que considera cualquier actividad cristiana como un “ataque occidental”. Además,  el gobierno afgano no ha protegido a los grupos cristianos minoritarios, contribuyendo al deterioro de la libertad religiosa.

 CONSTITUCIÓN ISLÁMICA
Nettleton explica que, a pesar de las complicaciones, no cambiarán su enfoque de ministerio. “La iglesia no es un edificio, la iglesia es el pueblo de Dios”, dice. “Es posible que el último edificio de la iglesia en Afganistán haya sido destruido, pero  sabemos por nuestros contactos que la iglesia como pueblo de Dios sigue muy viva”.

La Constitución de Afganistán declara que “la religión del Estado de la República Islámica de Afganistán es la sagrada religión del Islam”. Los seguidores de otras religiones pueden ejercer su fe y los ritos religiosos “dentro de los límites de las disposiciones de la ley”. Sin embargo, el problema es que también dice que “ninguna ley puede ser contraria a las creencias y disposiciones de la sagrada religión del Islam”.

Lo más importante, considera Nettleton, es “orar por los cristianos en Afganistán para que tengan una gran sabiduría y puedan generar confianza para compartir sobre Jesucristo con los miembros de su familia, con sus amigos, con sus vecinos”.

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