5 consejos para hablar de manera agradable

Cuando comencé mi propio viaje para ser más fuerte en mi corazón, mente y cuerpo, necesitaba mucha ayuda para comprender cómo se veía tener confianza de manera saludable en la vida real.

Podría haberme visto confiable por fuera, pero a menudo me encontraba sintiéndome tímida y temerosa de decir lo que quería o necesitaba decir, incluso dentro de mi propia familia. La Pequeña Señorita que complace a otros se convirtió en la Pequeña Señorita que complace a su esposo, a sus hijos e incluso era la Señorita que complace a la iglesia.

Por dentro quería cambiar, quería poder expresarme de otra manera. Pero no quería ser rechazada, ni incomprendida, ni excluida.

Quería que todos fueran felices, incluso a costa de mi propia salud emocional.

Hasta a veces, cuando debía escribir alguna narrativa acostumbraba a sentirme desalentada. Preguntándome a mí misma: ¿Estoy a la altura de esto? ¿Realmente importa? ¿Está teniendo alguna diferencia lo que estoy haciendo?
Las respuestas eran: sí, sí, sí. Al igual que entrar en un nuevo país, poder compartir tu palabras de manera agradable requiere aprender un nuevo idioma: el idioma de la salud emocional, relacional y, muchas veces, espiritual.

Para aumentar tu capacidad de hablar correctamente, adopta las los siguientes 5 consejos para cambiar tu forma de expresarte en tus palabras.

confianza de manera saludable, y dejar de pensar en cómo agradar a las personas (incluso las espirituales), te aconsejo las siguientes cinco puntos, así podrás re encontrarte y ayudarte a realizar los cambios necesarios en tu vida para crecer:

1. Valórate a ti mismo y valida a los demás

Pregúntate: ¿Cómo me hablo a mí mismo? ¿Es mi diálogo interno saludable o no? Usa tu voz para pronunciar palabras sanadoras, en primer lugar, hacia tu propio corazón. Como la mujer de Proverbios 31, vístete a ti mismo y a todos en tu esfera de influencia con fortaleza y dignidad (v. 25). Vive la Regla de Oro y trata a los demás como te gustaría ser tratado (Mateo 7:12). Validar a los demás no significa aceptar cualquier comportamiento, sistema de creencias o mala elección. Significa ofrecer amor incondicional, responsabilidad personal, integridad, honestidad y, sobre todo, respeto mutuo y confianza. Podemos estar en desacuerdo y seguir sentados en la misma mesa.

2. Optimiza tus habilidades

Invierte tiempo y energía en tu salud mental y desarrollo personal. Se cree que Einstein dijo: «La locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes«. Si deseas convertirte en un comunicador eficaz y mejorar todas las relaciones en tu vida, requerirá una inversión de tiempo, energía y, a veces, dinero. Si no sabes por dónde empezar, pide ayuda. Recuerda siempre que pedir ayuda es una señal de fortaleza.

3. Inicia por comportamiento y habilidades de comunicación saludable

Cuando alguien que fortalece el corazón, es decir, una persona comprometida con la salud emocional y el bienestar, está en el centro de una familia, comunidad, lugar de trabajo o iglesia, florecen las relaciones saludables. Sé la persona en la habitación que dirige conversaciones saludables, diplomáticas y arraigadas en la sabiduría y la integridad. Debe haber al menos una persona, un visionario, comprometido a llevar este cambio hasta el final. Dejar un legado del tamaño de Dios es una tarea del tamaño de Dios.

4. Comunicarse de manera clara

Sé directo, diplomático y perspicaz. Di lo que necesitas decir con gracia y franqueza. En lugar de ser un pacificador, conviértete en un hacedor de paz. Eso puede parecer crear un poco de drama o tensión o decir verdades difíciles, pero el resultado serán relaciones más saludables. Habla la verdad con amor y cúbrelo con amor incondicional. En lugar de comparar, chismear, menospreciar, humillar o dominar, usa tu voz para aumentar el valor, la valía y la dignidad de los demás y crear un ambiente saludable en la habitación o el espacio donde tienen lugar las conversaciones de sanidad, especialmente las conversaciones difíciles. Sin señalar con el dedo, culpar ni avergonzar, y, si es posible, aportar fortaleza en lugar de sarcasmo.

5. Cambia el ambiente

Nada agota la vida de una habitación como la comunicación no saludable. C y E van de la mano. A medida que desarrollamos la habilidad de comunicarnos con claridad, cambiamos el ambiente. El proverbio 14:1 nos sirve como una gran consigna: «Toda mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba» (RVR 1960).

6. Habla Palabras Sanadoras

La voz humana es un instrumento poderoso. El autor y locutor Steve Henn escribe: «Una voz humana aún establece una conexión como ninguna otra. Una voz humana puede sanar un país. Simplemente escuchar a alguien contar su historia puede llenarte de empatía y compasión. Puede llevar al perdón. Piensa en todo lo que aprendes al escuchar atentamente a alguien hablar. A menudo puedes adivinar su edad y su género. Tal vez dónde crecieron. A menudo puedes sentir las emociones que sienten: su felicidad, su miedo, su amor«.

Para usar un ejemplo con el que todos estamos familiarizados: imagina lo que debe haber sido estar sentado junto a ese antiguo pozo siendo la mujer samaritana. La voz de Jesús la cambió a ella y a su comunidad para siempre. Debe haber sido cálida y acogedora. Debe haber sido gentil y amable. Debe haber sido fuerte y confiable. Él la hizo sentirse segura y protegida y pronunció palabras que miraron a través de sus ojos y llegaron a su alma.

Tenemos ese mismo poder y potencial al alcance de la mano. ¿Lo usaremos sabiamente? ¿Hablaremos palabras sanadoras? La elección es completamente nuestra.

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