Carta abierta a una mujer que sabe amar

Carta-abierta-a-una-mujer-que-sabe-amar---Por-Dante-Gebel

 
Tener un corazón sensible no es sinónimo de debilidad, aunque quizás ser cursi sea un valor desconocido para algunos.
No sé si seré una ilusa, pero yo aún deseo ver en un hombre los detalles de amor que se suelen dar solo cuando se está realmente enamorado.

Esos detalles como un inesperado ramo de flores, las largas llamadas solo porque si y a todas horas, los chistes tontos solo por ver la sonrisa de su amor, que te extrañe todo el día, los detalles en gestos de amor más que palabras, que esté al pendiente de ti en todo momento, que pregunte más de una vez si estás bien, que te mire a los ojos y te abrace, que siempre diga lo hermosa que estás (una y otra vez, porque cuando no lo diga, pensaremos que estamos feas) que sus halagos sean más constantes, que tus defectos sean virtudes para él, que no intente cambiarte, sino que te acepte tal cual eres, que te mande mensajes lindos, que aparezca en momentos inesperados, incluso si estas desarreglada y solo porque quiere verte.

Que te dedique canciones de amor, que no tema cantar a voz en cuello una canción solo para ti, aunque desafine. Que si te han ofendido haga todo lo posible por defenderte, que si estas en apuros sea capaz de quedarte a tu lado, tomarte de la mano y decirte que todo estará bien. Que le guste verte sonrojar, que te ame aunque estés de mal genio.
Que no se sienta incómodo de hablar contigo de cualquier cosa, y cualquier cosa…es cualquier cosa.

Que le guste el romanticismo, que se divierta o simplemente busque una excusa para divertirse contigo, que le sonrojen los halagos, que no sea machista. Que quiera jugar con tu cabello, darte un abrazo fuerte, agarrarte de la mano sin miedo o pena, que sea capaz de tener ambiciones e ir por delante de tus planes, y que si aún no los tiene, te ayude a alcanzar los tuyos, y que por ello no se sienta menos hombre.
Que no tenga temor de que si me visto linda no me iré con cualquiera, que sepa escuchar (aunque no lo sepa, por lo menos que haga el intento).

A las mujeres nos gusta ser protegidas, queridas, mimadas (no en exceso, aunque a veces sí), llenas de detalles (gestos pequeños), palabras bonitas y muchas pero muchas, muchas, muchas y muchas cosas más. Las mujeres somos complicadas, pero somos así; es porque queremos ser descubiertas de vez en vez.
Las mujeres, por muy seguras que aparentemos ser, nos gusta que nos den seguridad, y más por parte del hombre al cual amamos. No nos gusta demostrar de buenas a primera lo que sentimos, por la sencilla razón que sabemos de antemano que todo tiene que fluir poco a poco… sencillamente porque fuimos creadas de forma especial.

A veces se nos olvida que somos Reinas, y pretendemos ser Princesas en espera de un príncipe que muchas veces resulta siendo un sapo encantado.
Fuimos creadas para reinar en el corazón de un caballero, y no para ganarnos el corazón de un príncipe. Que considere las lágrimas de una mujer como a diamantes y no como a agua salada y que si quiere obtener uno de esos diamantes sea demostrando con hechos lo que su corazón siente por ella.
Ganar el corazón de una mujer es en sí una batalla de sangre que hay que lograr con destreza, creatividad y estrategia y no con tosquedad y palabras efímeras dichas de vez en cuando solo porque sí.

Las mujeres somos inteligentes y nos damos cuenta con facilidad que alguien nos ama, pero no podemos dar por sentado que nuestros sentimientos siempre están a flor de piel y más cuando nos gusta alguien… las mujeres nos ilusionamos fácilmente, podemos ser adolescentes, jóvenes y hasta maduras, pero somos mujeres, y al final un gesto de caballerosidad nos atrapa el corazón, y he allí la razón por la cual nos demostramos duras e implacables, pues nuestro corazón fue hecho para amar y no simplemente para bombear sangre.
Hombre si quieres amar a una mujer… se anticuado, cursi, detallista, pasado de moda o lo que sea, pero no pierdas esos detalles que a nosotras nos encantan, porque sencillamente un gran hombre conquista de esa manera, y es así como los grandes hombres conquistan a las grandes mujeres.

Fuente: https://www.facebook.com/dantegebel/photos/a.423854275235.216109.26069165235/10152962218130236


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