Joyce Meyer admite que su padre la violó en reiteradas ocasiones

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Joyce Meyer abrió su corazón contando lo vivido cuando su padre abusaba sexualmente de ella, según un artículo publicado por el Christian Post.

«El abuso sexual es tan vergonzoso que nadie habla de ello. Nadie sabe cómo hablar de ello «, dijo.

Aunque Joyce fue abusado hasta que ella tenía 18 años, estaba aterrorizada de revelar lo ocurrido durante la mayor parte de su infancia. Debido a la violencia y la manipulación de su padre, una parte de ella creía que lo ocurrido era su culpa.

A pesar de que Joyce se fue abriendo de a poco sobre su oscuro pasado, ella siempre se refirió como «abuso sexual», pero en una reciente entrevista publicada en su página web, ella admite que ese término no es realmente suficiente. Era violación.

«Literalmente, lo que hizo fue violarme, todas las semanas, al menos una vez a la semana, hasta que cumplí los 18 años. Se suponía que mi padre sería una persona en la cual podría confiar y mantenerme segura, pero él me violó al menos unas 200 veces», dijo.

«Él no me forzó físicamente, sino que lo hizo a través de mentiras, manipulación, temores y amenazas,», agregó. «Mi padre me violó, en numerosas ocasiones, al menos unas 200 veces.»

Joyce nunca se sintió segura de crecer, y su padre a menudo le pedía que se juntara con sus compañeras de la escuela para que también pudiera violar de ellas. Al mismo tiempo, ella se convirtió en una experta para no llevar a sus amistades, pero sus intentos de proteger a sus amigas no tuvieron tanto éxito.

A medida que iba pasando el tiempo, fue creciendo la vergüenza que sentía hacia su padre por sus acciones, y sobre todo porque su obsesión se iba extendiendo a de ella a otras chicas.
Joyce llego a tener miedo de cualquier mujer que entrara en su casa, por miedo a que pudiera llegar a ser la próxima víctima de su padre.

Hasta incluso su padre la obligaba a mirar pornografía, mientras que ella debía actuar como si le gustaba o disfrutaba.

«Para mí tener que fingir, que me ha gustado algo que yo despreciaba, fue una de las cosas más perjudiciales», dijo Joyce.

No te rindas, hay libertad en Cristo

La razón principal por la que Joyce está siendo tan transparente en su testimonio, es porque ella está agradecida de que la gracia y la libertad que Dios le ha dado en el «juego de fingir» gran parte de su vida.

Aunque el dolor y el sufrimiento fueron profundo durante muchos años, Joyce ahora ha sido capaz de encontrar sanidad a través del amor de Dios, que le ha mostrado lo que es el corazón de un verdadero padre. Ella incluso se enamoró de su adorado esposo, Dave, que reafirmaron que las manos de un hombre pueden ser suave, respetuosas y amable.

«Quiero que la gente sepa lo bueno que es Dios, y que su lucha vale la pena, el viaje vale la pena. No se rinda».

Joyce ahora ama su vida de madre, abuela y como conferencista cristiana en todo el mundo, y se espera que al compartir su historia de vida, pueda ayudar a otras personas a encontrar sanidad.

Fuente: History Maker

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