Noviazgo, Cómo y Cuándo Comenzar una Nueva Relacion

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Ya sea por no tener experiencia, no contar con el conocimiento adecuado o simplemente no saber Cómo o Qué hacer en el momento en que se nos presentan.

Uno de los temas que al parecer es de los más importantes en nosotros los jóvenes es el tema de pareja o del noviazgo, y existen muchas preguntas de ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Quién? ¿Por qué? y ¿Para que esperar o no? sobre todo, si nos puede perjudicar o beneficiar el hecho de tomar la decisión al hacerlo.

En la cronología de la Biblia hay muchas historias acerca del tema del cortejo, de la pareja y de cómo y cuándo fueron los momentos adecuados para iniciar y cómo llevar una relación de pareja. En estos pasajes vemos, además, cómo el noviazgo se convirtió en bendición para el mismo contexto, tiempo, espacio y gente de alrededor de ésta o estas parejas. Por nombrar algunas, podemos ver la vida de Isaac y Rebeca, Jacob y Raquel, Esther con el Rey Asuero.

Vemos que cada una estas relaciones tuvo un peso e impacto en la vida e historia de aquellas personas que nos enseña hasta estos días, por ejemplo:

Isaac tuvo que continuar el trabajo, por así decirlo, de su padre Abraham que fue poseer y administrar la tierra que Dios les dio, afirmar el reinado del pueblo de Israel para que el propósito de Dios y de su promesa continuara. De igual manera, Jacob cuando vio a Raquel por primera vez, en sus sentidos la vio hermosa y dijo: “De aquí soy”, pero el propósito de Dios fue dar seguimiento a la misma promesa que había dado a Abraham para convertirlo en lo que hoy es el pueblo de Israel, en Su Pueblo, y que en la fe somos todos los cristianos.

Esther una mujer hermosa y elegante gustó físicamente al rey Asuero, quien solicitó desposarla y pareciera que el rey cumplió su gusto al tomar a una hija de Dios, pero el hecho es que gracias a que Esther estuvo en una posición de eminencia al ser la reina de esa época, su pueblo y familia fue salvada. Entonces vemos que el propósito de Dios se cumplió al unir al rey Asuero y a Esther.

¿Qué podemos ver de estas tres historias parafraseadas muy brevemente?

Que muchos de nosotros tenemos gustos físicos, que tenemos ilusiones acerca de estar con alguien, o de simplemente tener un novio o novia, pero, ¿saben qué? va mucho más allá de esto. Por supuesto hay un propósito para cada uno de nosotros y nuestras parejas, pero muchas veces no lo alcanzamos a visualizar porque nuestra vista se queda corta con lo que vemos en un primer plano y esto no nos permite ver todo lo grande que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Veamos algunas citas en la Biblia donde podremos apoyarnos al momento de querer iniciar una relación.

Génesis 2:18. Luego Dios dijo: No está bien que el hombre esté solo. Voy a hacerle alguien que lo acompañe y lo ayude.

Aquí vemos muy literal que Dios nos vio con misericordia e hizo del hombre a la mujer, para que lo acompañara en su estancia en la vida como así también fuera su ayuda en todos los sentidos. Este mundo artificial nos ha ido cambiando la perspectiva del propósito que Dios tiene para nosotros acerca de este tema.

Es muy normal querer tener una relación de noviazgo, pero realmente nos hemos preguntado ¿Cuál es nuestro propósito de esa relación? y ¿Cuál es el propósito de Dios en esa relación? Esperar en Cristo para saber si es el tiempo y la persona indicada es un tiempo precioso, ya que en esa espera Dios trabaja con nosotros para que podamos desarrollar: paz, paciencia, discernimiento, orden, sabiduría, entendimiento, pero sobre todo, Dios nos llena de su AMOR y te das cuenta de si eres capaz o no de realmente iniciar una relación.

Romanos 5: 4-5 dice: Y si aprendemos a soportarlo, seremos aprobados por Dios. Y si él nos aprueba, podremos estar seguros de nuestra salvación. De eso estamos seguros: Dios cumplirá su promesa, porque él nos ha llenado el corazón con su AMOR, por medio del Espíritu Santo que nos ha dado.

¿Esperar es bueno? Claro que es bueno, porque estamos siendo preparados hasta llegar a ser confiables para Dios de tener a alguien a nuestro lado.

Otra cosa que debemos tener en cuenta y realmente saber es el significado de amar.

1º Corintios 13: 4-7 dice: El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.

Esto es un filtro muy importante por si estás en una relación o estás por comenzar una. No es una fórmula pero sí es algo que debemos saber ya que los conceptos que nos enseña el mundo sobre amar a alguien o sentir amor por alguien son distintos a los que nos dice la Palabra.

En la siguiente cita nos habla de dónde viene el amor y cómo se debe amar.

1 Juan 4: 7-8. Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios, y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.

Esto quiere decir que no contamos con la capacidad de amar por nosotros mismos sino que Dios nos amó primero. Con ese amor con el que Dios no ama, entonces podemos amar a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos y, sólo entonces, podemos decir que amamos a una persona en el caso de la pareja.

Pareciera complicado pero es tan sencillo como que el amor de Dios venga a nosotros. De esta manera, al estar seguros de que amamos a Dios y a nosotros mismos podremos llegar a amar esa persona hermosa que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Ninguna relación que venga de parte de Dios traerá tristeza ni enojo, mira lo que dice en:

Proverbios 10:22 La bendición de Dios es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella.

Concluyendo, hay un propósito impresionante de Dios para nosotros y nuestra pareja. Tal vez estás queriendo tener novia y Dios quiere darte una familia hermosa, seguro ni lo habías pensado.

El tiempo del noviazgo es un preámbulo al matrimonio, es un tiempo padrísimo donde Dios nos prepara para disfrutar de una vida llena de bendiciones, pero inicia en el momento en el que estamos preparados para hacerlo.

El amor no tiene nada que ver con un día lleno de globos o de tarjetas bonitas, sino es estar llenos de Dios para aceptar a una persona como nos aceptamos y amamos cada uno de nosotros, sin juzgar para bien o para mal a la persona sino simplemente amar a pesar de cualquier defecto o virtud.

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