¿Qué hago si me invitan a predicar a una iglesia que no es sana?

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En algunas ocasiones he sido invitado a predicar en iglesias donde se sostiene y se predican convicciones diferentes a las que entiendo la Palabra revela, o, por decirlo de otra forma, lugares donde yo entiendo que no se sostiene la sana doctrina.

Personalmente entiendo que una invitación a predicar la Palabra del Señor es siempre un privilegio, una evidencia de la gracia del Señor, y algo que se debe tomar con suprema importancia y reverencia. Sin importar el lugar dónde se está predicado, predicar la Palabra de Dios es un asunto serio y un regalo de Dios mismo.

También entiendo que si el Señor me está abriendo puertas para poder exponer las verdades del evangelio en lugares donde usualmente no es predicado o aplicado, en la mayoría de los casos, sería necio de mi parte no tomar tal oportunidad.

Sin embargo, una invitación a predicar en una iglesia que no sostiene la sana doctrina requiere intencionalidad de mi parte en algunas áreas.

1) Se requiere intencionalidad en guardar la actitud del corazón.

El creer y predicar la sana doctrina no es algo de lo que lo cual nos podemos jactar. No es algo que nos debe dar un sentido de superioridad. ¿Qué tenemos que no se nos haya dado en gracia? (Ef. 3:7Ef. 3:7
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). Tristemente hay muchos que el sustentar la sana doctrina los ha llevado a mirarse como superiores a aquellos que no la sustentan. ¡Guardemos la actitud de nuestro corazón!

2) Requiere intencionalidad para mantener la Gracia y la Verdad.

La tendencia para muchos de nosotros que creemos y defendemos la sana doctrina es elevar la verdad por encima de la gracia. O, predicar la verdad sin la gracia. Pero la Escritura no solo nos enseña que la verdad no viene primero que la gracia, sino que es imposible ser fieles a la verdad sin primero ser fieles a la gracia. Eso es lo que encontramos tanto en la vida y ministerio del Señor Jesús (Juan 1:14Juan 1:14
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14 Y el Verbo se hizo carnen y habitóñ entre nosotros lleno de gracia y de verdad;o y vimos su gloria,p gloria como del unigénito del Padre.
), como también en la forma en que Dios trajo los 10 mandamientos al pueblo de Israel (Gracia -Exo. 20:2Exo. 20:2
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y Verdad -Exo. 20:3-17Exo. 20:3-17
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) y en la forma que Pablo escribió sus epístolas (indicativos antes de imperativos). Mientras algunos tienen miedo de predicar la gracia sin la verdad porque puede producir antinomianismo, es igual de peligroso predicar la verdad sin la gracia porque puede producir legalismo o moralismo. ¡Prediquemos gracia y verdad!

3) Requiere intencionalidad para mantener en mente que lo que se predica es La Palabra de Dios.

Para aquellos que queremos ser fieles a la Escritura y creemos en la predicación expositiva, es necesario recordar que una invitación a predicar en una iglesia que no sostiene la sana doctrina no es una invitación a corregir la doctrina sino a predicar La Palabra. Dejemos que la Palabra corrija la doctrina y nosotros mantengámonos fieles al texto (2 Tim. 3:162 Tim. 3:16
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). ¡Prediquemos la Palabra!

4) Requiere intencionalidad para poder mirar más allá de la doctrina.

¿Por qué aceptar predicar en una iglesia que no sostiene la sana doctrina? El Apóstol Pablo respondería esto diciendo, “por amor de su alma” (2 Cor. 12:152 Cor. 12:15
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). Uno de los peligros más grandes a lo que nos podemos enfrentar como predicadores deleEvangelio es permitir que nuestro amor por la doctrina opaque el amor por aquellos creados a la imagen y semejanza de Dios. Si nuestra sana doctrina no nos lleva a amar por encima de las diferencias doctrinales, a lo mejor nuestra doctrina no es tan sana. ¡Prediquemos en amor por el bien de sus almas!

5) Requiere intencionalidad para mantener lo primero, primero: El evangelio.

En realidad hay muchas posiciones doctrinales que determinan qué es y qué no es sana doctrina. Pero si hay algo que todo predicador debe mantener como el centro de la sana doctrina, es el evangelio (1 Cor.2:2). ¿Hay otras cosas que predicar? Por supuesto que sí, y todas importantes. Pero si el evangelio es predicado, creído y aplicado, todo lo demás va cayendo en su lugar. Si se nos diera la oportunidad de predicar una sola cosa a una congregación que no sostiene sana doctrina, ¿hay algo mejor que predicar? ¡Prediquemos el evangelio!

Escrito por ​Hanibal Rodriguez
Hanibal Rodriguez es el pastor líder de la Iglesia del Pueblo en West Chicago, IL. Hanibal tiene un bachillerato y maestría en educación y actualmente se encuentra terminado una maestría en Teología en Covenant Theological Seminary. Él se encuentra feliz mente casado con Heidi Rodriguez, a quien conoció en la secundaria, y ha sido su compañera en la vida por 20 años incluyendo 13 de matrimonio. Ellos tienen dos hijas, Camila (9) y Alejandra (7).
 
Fuente: http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/que-hago-si-me-invitan-a-predicar-a-una-iglesia-que-no-es-sana-coalicionresponde3

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