Síntomas para evaluar la madurez en tu liderazgo

Todos necesitamos crecer en el liderazgo. Esto es algo que nunca terminaremos de hacer; es algo que nos seguirá moldeando, puliendo y transformando nuestras vidas.

Para ayudarte a que hagas una especie de auto evaluación, quisiera enumerar algunos síntomas de cosas que tal vez un líder que es inmaduro podría llegar a pensar (son todas cosas en las que personalmente he pensado o con las que estoy luchando en este momento) con la esperanza de desafiarlas y vencerlas para seguir creciendo como líderes.

1. Crees que tu idea siempre es la correcta.
Si crees que tus ideas son las únicas que valen la pena, posiblemente te sentirás intimidado cuando descubras que no eres la persona más inteligente o más creativa en la sala. La verdad es que necesitas personas que piensen diferente y que tengan mejores pensamientos que tú para seguir mejorando.

Sin liderazgo sabio, la nación se hunde; la seguridad está en tener muchos consejeros. Proverbios 11:14

2. Tardas mucho tiempo en tomar una decisión que sabes que es adecuada para tu ministerio.
Dios te tiene donde estás por una razón. Te ha permitido ser líder y tomar diferentes acciones para mejorar tu ministerio. Pero no has apretado el gatillo en una decisión que sabes que es correcta porque tienes miedo de lo que la gente podría pensar.

3. Quieres hacer que todos estén felices.
Este síntoma se relaciona con el anterior. Alguien que necesita crecer también necesita comprender que como líder es simplemente imposible lograr que todos estén felices. Una vez que asimilas esto resulta muy liberador.

4. Miras a los otros ministerios en tu zona como una competencia.
Ellos se están llevando a los miembros de tu grupo. Tú te estás llevando a los suyos. Somos “nosotros” y “ellos”. Cuanto antes puedan ser amigos trabajando en conjunto en el ministerio y se den cuenta de que ninguno puede ni logrará alcanzar a todas las personas de su área, mejor les irá a ambos. Me encanta cuando alguien al que no había visto hace tiempo me dice que está yendo a la iglesia calle abajo y puedo ser sincero al decir: “Oh, esa es una buena noticia. Amo a Cody. Dale saludos de mi parte. Me alegro que te hayas podido sumar a un ministerio como ese”.

5. Crees que todo lo que deciden tus pastores está equivocado y tú sí tienes la respuesta.
Si no tienes cuidado, este pensamiento puede meterte en serios problemas. ¿Sabes qué te hace pensar así? Directamente el orgullo. Es verdad que hemos sido llamados a ocupar una posición, pero también es verdad que hemos sido llamados a estar en sujeción bajo el liderazgo de nuestra iglesia.

6. Crees que tus fuerzas son suficientes.
Si quieres saber con cuál de todos estos síntomas yo lucho más, definitivamente es este. Soy un hacedor y trabajo duro, probablemente a veces demasiado. Pero me enorgullezco de tener buenas ideas y de hacer las cosas bien. Tengo que recordarme a mí mismo que debo traer a Dios a lo que estoy haciendo. Y no solo traerlo sino también permitir que Él me guíe. La verdad es que, si Dios no está donde estoy yendo, entonces no quiero ir allí. Los líderes que piensan que pueden hacerlo por sí mismos podrán quizás lograrlo por un tiempo, pero seguramente no lo conseguirán a largo plazo.

Escrito por Justin Knowles
 
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