Sonriéndole al futuro

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En diversos lugares de la Biblia leemos acerca de la manera particular cómo Dios se comunicaba con Sus hijos. Vemos, por ejemplo, a David haciéndole una pregunta acerca del futuro y recibiendo respuesta directa e inmediata:

“David consultó al Señor, diciendo: ¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y el Señor dijo a David: Sube, porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano”. (2 Samuel 5:19; ver Jueces 7:9, 1 Samuel 23:12, 1 Reyes 22:1, entre otros).

Y quizás en algún momento nos hemos preguntado por qué no puede ser así ahora. Oramos al Señor y quisiéramos escuchar Su voz respondiéndonos: “Querida hija, ésta es la mejor decisión, esto es lo que quiero que hagas, ésta es mi intención aquí” y aun ¿Por qué no? “esto es lo que sucederá”. Sin embargo, de este lado de la Redención, nuestro sabio Padre ha determinado no obrar de esa manera.

La realidad es que tenemos algo aún mejor que aquello que tuvieron los hombres del Antiguo Testamento: Al Salvador Jesucristo. Por la fe en Él, sabemos que somos hijas de Dios y que para siempre, Él está por nosotras. Así que, si abrimos los ojos y oídos de la fe, podemos escuchar el suave susurro de nuestro Padre; Él sí nos ha revelado todo lo que necesitamos saber acerca de nuestro futuro:

“Porque sol y escudo es el Señor Dios; gracia y gloria da el Señor; nada bueno niega a los que andan en integridad”. Salmos 84:11

“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. (Isaías 26:3, RVR1960)

“La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. (Juan 14:27)

“Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada”. (Romanos 8:18)

“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito”. (Romanos 8:28)

“Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó”. (Romanos 8:29-30)

“Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado”. (Apocalipsis 21:3-4)

“El que testifica de estas cosas dice: Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús”. (Apocalipsis 22:20)

Por esas palabras “fieles y verdaderas” de nuestro Padre, la mujer que teme al Señor puede sonreírle al futuro (Proverbios 31:25); porque sin importar las circunstancias, ya Él nos ha dicho todo lo que necesitamos saber.

Oración: Amado Padre, perdona nuestra frecuente incredulidad y falta de fe. Abre nuestros ojos para poner la mira en las cosas de arriba y siempre estar atentas a Tu Palabra, que es una antorcha que alumbra en lugar oscuro. En ella encontramos a Jesús y Él es todo el futuro que necesitamos conocer. Amén.

Fuente: https://www.avivanuestroscorazones.com/blogs/blog/sonriendole-al-futuro/

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