Por la gracia de Dios tengo la bendición de estar casada con un hombre cristiano que ama al Señor, así que solo puedo imaginarme lo difícil que sería que mi esposo no fuera creyente. ¿Cómo tomaríamos decisiones? ¿Cuál sería el rumbo que nuestro matrimonio tomara? Pudiera imaginarme las respuestas a estas preguntas, pero tú que quizás estás en esa situación sabes mejor que yo de lo que estoy hablando.
Gracias a Dios, la Palabra no es silente en cuanto a qué debe hacer una mujer creyente, que por alguna u otra circunstancia está casada con un inconverso. Por un lado, 1 Pedro 3: 1-2 nos da una respuesta contundente:
Asimismo ustedes, mujeres, estén sujetas a sus maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres al observar ellos su conducta casta y respetuosa.
Pedro exhorta a las esposas a someterse a sus maridos y de manera especial hace la aclaración de que si alguno de ellos es desobediente a la Palabra, el Señor puede usar la conducta de esas mujeres para atraerles hacia Él.
Debido a nuestro pecado, la sumisión dentro del matrimonio es de por sí difícil. Someternos a un esposo que no conoce al Señor debe serlo aún más. Pero nuestra obediencia no depende de las circunstancias o lo difícil que pueda ser. El evangelio nos muestra que es posible no someternos al mejor de los esposos, y que es posible someternos aun a esposos que no honran al Señor.
Si estás casada con un hombre que no conoce al Señor, tu testimonio de respeto y sumisión puede tener un efecto en la vida de ese esposo. Muchas mujeres cometen el error de convertirse en goteras continuas con sus maridos y sus vidas y palabras están muy lejos la una de la otra.
Sin lugar a dudas, si tu esposo no es creyente no puedes dejar de predicarle el evangelio, porque no es tu testimonio lo que tiene poder para salvar sino la hermosa verdad de que cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, pero tu testimonio de una esposa sometida y respetuosa debe ser el adorno de esta hermosa verdad.
Hay algunas cosas que me gustaría recordarte como aliento para tu corazón en medio de esta situación:
Tome aliento tu corazón y pídele al Señor que te dé la fortaleza para obedecerle de la manera en la que Él desea ser obedecido.
Escrito por Patricia Namnún
Patricia es coordinadora de iniciativas femeninas de Coalición por el Evangelio, desde donde escribe, contacta autoras y adquiere contenidos específicos para la mujer. Sirve en el ministerio de jóvenes universitarios y es diaconisa en la Iglesia Bautista Internacional, República Dominicana. Tiene un certificado en ministerio del Southern Baptist Theological Seminary, a través del programa Seminary Wives Institute, ama enseñar la Palabra a otras mujeres y caminar junto a ellas en discipulado. Está felizmente casada con Jairo desde el 2008. Puedes encontrarla en Twitter.
Fuente: https://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/soy-creyente-y-mi-esposo-no…-que-hago-coalicionresponde
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