Tener la Amistad del Rey

Estoy convencido de que en los próximos años, Dios levantará una nueva generación de líderes que caminarán junto a los gobernantes, llevando consigo conocimiento, elegancia, sabiduría y luz a los palacios presidenciales.

No necesitas invertir mucho tiempo para confirmar con la Palabra que a lo largo de la historia, Dios siempre ha utilizado a personas excepcionales para ser consejeras de los líderes. Este patrón seguirá vigente, y Dios desea usar tanto a ti como a mí. Pero hay ciertos requisitos que debemos cumplir.

Proverbios 22:29 plantea una pregunta clave: «¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Estará delante de los reyes». Solo aquellos que viven con diligencia, disciplina y orden podrán tener el honor de estar en la presencia de los líderes.

No podemos aspirar a ser amigos de los gobernantes si no practicamos la disciplina personal y organizativa. ¿Cómo podríamos ofrecer algo a un líder si nuestra vida carece de estos elementos fundamentales? En su mayoría, los líderes son personas altamente disciplinadas y diligentes.

Hace poco me encontré con un pasaje que me impactó profundamente: «Quien ama la pureza de corazón, por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey».
Dos elementos clave resaltan en este pasaje:

  • 1) «Amar la pureza de corazón»
  • 2) «La gracia de sus labios».

Muchos menos problemas tendríamos en nuestras relaciones personales y profesionales si separáramos tiempo para pensar antes de hablar. Cuando estamos delante de reyes, es imperativo pensar antes de hablar.

¿Cómo sería si sencillamente aprendiéramos la comunicación elegante? Algo tan sencillo como saber dónde colocar los acentos en nuestras palabras y cuáles palabras se utilizan para cuáles ocasiones.

Tantos hemos sido como el hermano que quiso impresionar a un gobernante y comenzó a hablarle de diferentes países en distintas regiones del mundo. El gobernante lo escuchaba profundamente pensando que esta persona de seguro era alguien que había viajado mucho y tenía conocimientos amplios acerca de los países del mundo.

Todo marchaba bien hasta que el hermano le dijo al gobernante: «Siempre he tenido una actitud para conocer todo lo que tenga que ver con la geología». Bueno, quiso decir «aptitud» y «geografía».

En esas dos palabras mal empleadas y mal pronunciadas, se le selló el futuro con ese rey: Ese rey no quiere ser amigo de un hablador que ni siquiera puede hablar bien.

De la misma manera hemos perdido una cantidad extraordinaria de oportunidades de ser «amigos de reyes» por la falta de «gracia de labios».
Diligencia, limpieza de corazón y gracia de labios.

Tres ingredientes que le permitirán a usted ser amigo de reyes. Si se propone mejorar estas áreas de su vida, en poco tiempo se sorprenderá ante los que se encontrará. Se lo garantizo, porque se lo garantiza la Palabra.

Evitaríamos muchos problemas en nuestras relaciones personales y profesionales si nos tomáramos el tiempo para reflexionar antes de hablar. Esta práctica es especialmente crucial cuando nos encontramos frente a personas influyentes.

¿Y si simplemente aprendiéramos el arte de la comunicación elegante? Es asombroso cómo pequeños detalles, como saber dónde poner énfasis en nuestras palabras y elegir las expresiones adecuadas para cada ocasión, pueden marcar la diferencia.

Hemos sido testigos de situaciones en las que alguien intenta impresionar a un líder hablando sobre diferentes países y regiones del mundo. El líder escucha con interés, pensando que esta persona tiene una amplia experiencia en viajes y conocimientos geográficos.

Todo va bien hasta que esa persona le dice al líder: «Siempre he tenido una actitud para conocer todo lo que tenga que ver con la geología». Aquí, quiso decir «aptitud» y «geografía».

En esas dos palabras mal empleadas y mal pronunciadas, su destino con el líder quedó sellado: el líder no desea ser amigo de alguien que ni siquiera puede expresarse correctamente.

De la misma manera, hemos perdido incontables oportunidades de cultivar amistades con personas influyentes debido a la falta de «gracia de labios».

Diligencia, pureza de corazón y gracia de labios.

Estos tres ingredientes le permitirán ser amigo de personas influyentes. Si se propone mejorar en estas áreas de su vida, se sorprenderá gratamente por las conexiones que establecerá. Se lo aseguro, porque así lo garantiza la Palabra.

 
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