El evangelio de la prosperidad y la iglesia en América Latina

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Como joven cristiano en un país mayormente católico, siempre me ponía muy contento cuando conocía otros jóvenes que se profesaban evangélicos. Durante mi adolescencia, estuve un par de meses con un grupo de amigos evangélicos con los que siempre discutía temas de religión y fe. Como hablaba en otro artículo hablando de mi enfermedad, cuando uno de ellos se enteró de mi diabetes, él se preguntaba que qué había hecho yo para estar enfermo; que cuál pecado había cometido. Así me invitó a su iglesia para que su pastor orara por mí y así pudiera yo ser sanado.

De ese grupo de amigos, la mayoría —sino todos— se han apartado de la fe. Pero la teología que alimentó esa conversación no solo sigue viva: está en su apogeo. En un artículo hablando del estado de la iglesia en América Latina, yo escribía que el Evangelio de la prosperidad es rey. Allí decía:

“Aunque los profetas de la prosperidad son bastante influyentes en los Estados Unidos, son particularmente populares en América Latina. De hecho, el movimiento carismático de “decláralo y recíbelo” es el único tipo de evangélicos que muchos conocen. En nuestra región, alguien que vaya a una iglesia no católica probablemente asiste a una congregación que esté en algún lugar del espectro de este movimiento.

En América Latina, la teología de la prosperidad no es solo un sistema de creencias sino una cultura en la que vivimos. Los artistas más conocidos tienen un trasfondo de prosperidad. Los programas de televisión y las películas promueven una cultura de consumismo, y sus homólogos “cristianos” hacen algo similar (ni hablar de los principales canales de televisión “cristianos”). Los libros más vendidos enseñan esta teología. Y, por supuesto, muchas de las enseñanzas de los falsos maestros de los Estados Unidos han sido traducidas al español.

Anteriormente, mucho del evangelismo que teníamos que hacer era entre católicos, mostrándole cómo el evangelio verdadero es mucho mejor que la salvación por obras. Pero cada vez más hay que evangelizar a aquellos que se suscriben a algún tipo de evangelio de prosperidad, mostrándoles cómo Jesús es mucho mejor que las riquezas de este mundo”.

Todo eso sigue siendo cierto hoy. Es por eso que creo que sería util abundar un poco más en cómo lucen las cosas.

El movimiento pentecostal y el evangelio de la prosperidad

En mi país, República Dominicana, los pentecostales de la vieja guardia son fáciles de reconocer. Mujeres con faldas largas, sin maquillaje y sin aretes. Hombres con trajes coloridos y corbatas que le combinan; aunque esté a 35 Celsius afuera. Una fuerte tendencia al evangelismo en las calles (lo cual ha sido grandemente usado por el Señor para hacer crecer el número de evangélicos). Aunque en otros países en el continente no usen la misma ropa, los pentecostales si mantendrían el mismo espíritu, el mismo ethos. Sin embargo, en las últimas décadas hemos visto una nueva ola dentro de esta denominación. Usualmente llamados Neopentecostales, han modernizado muchas de las prácticas y ritos de aquella denominación, pero han mantenido el énfasis en lo que ellos entienden es la persona y obra del Espíritu Santo.

Es a través de este neopentecostalismo que el evangelio de la prosperidad se ha propagado en América Latina. Hace algunos años, el nombre más conocido entre evangélicos hubiera sido alguien como Yiye Ávila, este pastor pentecostal reconocido por su celo evangelístico y dispensacionalismo. Hoy, probablemente sería alguien como el “Apóstol” Guillermo Maldonado, un maestro asociado al movimiento neopentecostal, quien viste en sus mangas los colores del evangelio de la prosperidad. Y ya que los pentecostales tienen los números en el mundo protestante hispanohablante, esta influencia es sentida a lo largo de la iglesia.

Algunos países –como Guatemala, Puerto Rico, y Colombia– también están experimentando un fenómeno interesante. La fuerte presencia de megaiglesias y ciertos movimientos denominacionales ha causado que iglesias más pequeñas se conviertan en franquicias. Muchos pastores, con poco entrenamiento teológico y con dificultades económicas, tal vez no estén de acuerdo con todo lo que enseñan estas grandes “corporaciones”, pero están dispuestos a capitular con tal de recibir el apoyo económico y ser parte del éxito que están observando. Con toda probabilidad, los “apóstoles” detrás de estos movimientos no van a predicar a estas pequeñas iglesias. Pero sí tienden a trazar pautas de qué se debe predicar, entrenarlos en sus instituciones académicas, y cambiar la “marca” de la iglesia para que se asemeje a la iglesia “madre”. Esto también ha contribuido a la propagación de la falsa enseñanza.

Guerra espiritual

Por lo general, en América Latina la enseñanza de la prosperidad está atada al movimiento de guerra espiritual. Como ya otros han dicho, el mensaje es algo como esto: “Dios quieres que seas feliz, pero no lo eres: tienes una vida terrible. ¿Por qué? Por el diablo. El diablo te quita la felicidad, te quita lo que es tuyo. Entonces, ¿qué puedes hacer? ¡Clama al Señor! ¡Traed los diezmos al alfolí! (O, ¿cómo vas a mostrarle cuánto le amas?). Declara quién Él es y quién eres tú y cuán pequeño es el diablo delante de Dios! Un buen ejemplo de esto es la canción tan popular de “Arrebato”. Así rezan sus letras:

Aunque se levanten mil gigantes contra mí, no temeré
El enemigo no podrá tocar mi fe.
Porque Dios me ha cambiado el nombre y me hizo su hija
Y hoy soy cabeza y no cola
Y ahora vivo de gloria en gloria

Hoy me apodero de lo que a mí me pertenece
Lo que me has quitado me lo devolverás con creces
Porque Dios me hizo su hija
Y con los hijos de Dios nadie se mete.

El me hizo coheredera juntamente con Él
Y me ha dado el poder para atar y desatar
Y declarar una palabra que cambie tu generación
Y hoy declaro que él te devuelve lo que te robó

Yo te arrebato mi familia, Yo te arrebato mi salud
Yo te arrebato los tesoros de los cielos, que pertenecen a mi casa
Arrebato, Arrebato
Arrebato todo lo que es mío

Si te preguntas cuál es el problema con esta canción, te invito a leer este análisis. En todo caso, no todas nuestras canciones son tan transparentes como estas, pero es fácil notar los toques de prosperidad y sanidad en muchas de las composiciones contemporáneas.

Los reformados a la defensiva

Debido a diversos factores (como la prevalencia del evangelio de la prosperidad, el arduo trabajo evangelístico de los pentecostales, y las relativamente pocas iglesias reformadas en América Latina) una gran parte de los que ahora se profesan reformados antes creían en algún tipo de evangelio de la prosperidad. Y esto ha resultado en que haya una constante defensiva de todo suene aunque sea un poco parecido a estas falsas enseñanzas, principalmente en los que tienen menos tiempo creyendo las doctrinas de la gracia.

Un vistazo a las redes sociales de muchos reformados te muestra la gran cantidad de tuits y posts y blogs hablando de los falsos maestros de la prosperidad y sus más recientes escándalos. Algo similar sucede en muchos púlpitos. Me alivio cada vez que conozco de más pastores que se dedican a exponer todo el consejo de Dios sin tener que mencionar nombres en cada sermón. Pero es algo comprensible: ellos han sido heridos por años de falsas enseñanzas.

Por la gracia de Dios, esta no es la última palabra. El avivamiento que parece venir ha visto a muchos de los seguidores de falsos maestros dando una vuelta y conociendo a Cristo, y muchos de los creyentes verdaderos que estaban en iglesias enfermas están escuchando la voz del Señor y, o procuran reformar esas congregaciones, o se mueven a otras iglesias sanas. La centralidad del evangelio se ha vuelto un término cada vez más común. Vemos compañerismo y koinonía entre iglesias de corte reformada, lo cual ha contribuído a movimientos de plantación de iglesias sanas. Así que oramos que esta generación joven se asiente, más líderes sean preparados, mejores voces sean levantadas, y que el real evangelio de nuestro Señor sea proclamado más fuerte que nunca.

Escrito por Jairo Namnún
Jairo sirve como director editorial de Coalición por el Evangelio y está encargado de idear y supervisar el contenido del ministerio. Sirvió en la Iglesia Bautista Internacional en República Dominicana como líder de jóvenes y asistente pastoral hasta mudarse a Louisville, Kentucky, para realizar su Maestría en Divinidad en el Southern Baptist Theological Seminary. Está casado con Patricia. Puedes encontrarlo en Twitter.
 
Fuente: http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/el-evangelio-de-la-prosperidad-y-la-iglesia-en-america-latina

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