6 Cosas para hacer mientras esperas en Dios

No te conozco personalmente, pero sé algo con certeza: estás esperando algo. Y a veces, la lucha por esperar lo desconocido puede ser abrumadora.

Yo mismo estoy actualmente en una etapa de espera: le pido a Dios dirección, busco respuestas y espero algunos cambios próximos.
Lo más difícil es que son cosas que están completamente fuera de mi control. Para personas que le gusta tener todo bajo control, eso no siempre es fácil de aceptar. Esperar en Dios puede ser realmente difícil.

Ha habido muchas ocasiones en mi vida en las que he tenido que esperar. Miro hacia atrás a mis veinte años como una década entera de «esperar». Es un período en el que miras hacia adelante para encontrar la universidad adecuada, elegir la especialización correcta y soñar con la pareja adecuada. Luego viene encontrar el trabajo adecuado, la comunidad adecuada y la iglesia adecuada. Esperar en Dios parecía estar entrelazado con cada hito de mi vida.

Pero siempre me ha resultado difícil saber qué significa prácticamente esperar en Dios. ¿Simplemente te sientas a esperar sin hacer nada?

En ciertos momentos de mi vida, estaba tan centrado en llegar al destino que me perdí el viaje. Ahora que soy mayor (y espero ser más sabio), veo que el proceso de espera en mi vida ha sido igual de importante que el resultado final. Miro hacia atrás a los momentos de espera y veo que Dios estaba usando la espera para prepararme, cambiarme y usarme. En lugar de quedarme sin hacer nada, desearía haber adoptado un enfoque más activo durante el camino.

Aunque no puedo cambiar mi pasado, aquí hay algunas cosas que estoy tratando de hacer de manera diferente mientras espero:

Recuerda lo que Dios ha hecho en el pasado

Durante los tiempos de espera, solía preocuparme mucho; me preocupaba que las cosas no salieran bien, que estuviera solo para siempre o que Dios no cumpliera.

A medida que mi vida ha avanzado, veo que la mano de Dios ha estado en cada paso, y que Sus planes fueron mucho mejores de lo que esperaba. Ahora, mientras espero, estoy aprendiendo a profundizar mi confianza en Él y a recordar Su fidelidad. Si pudiera saber lo que Él sabe, elegiría Su plan en cada ocasión.

En última instancia, la preocupación equivale a una falta de confianza en Dios. ¿Realmente confío en Él? Quiero que mi mente diga que sí, incluso cuando mi corazón dice que no. Si Dios es Dios, se puede confiar en Él. Quiero moverme en esa dirección durante mis tiempos de espera.

Profundiza en tu vida de oración

¿Por qué preocuparse cuando se puede orar? Todos hemos escuchado eso antes. Pero, ¿qué tan cierto es eso? ¿Por qué sobre «analizar mi futuro» cuando tengo la oportunidad de «impactar mi futuro» llamando al Dios todopoderoso y sobrenatural?

Dios es tan grande que quiero aprender a conectarme con Él, a comunicarme con Él y pasar tiempo con Él mientras espero, porque sin importar el resultado final, profundizar mi intimidad con Él siempre valdrá la pena la espera. Quiero que la espera me acerque más a Él en lugar de llenarme de amargura y resentimiento. Y es mi elección qué camino tomar.

Lidiar con tu equipaje

Creo que el período de espera puede ser un momento de sanidad y crecimiento enormes. Por ejemplo, durante mi tiempo como soltero, a menudo sentía que estaba esperando en vano. Lo que no me daba cuenta es que durante ese tiempo, Dios estaba trayendo mucha sanidad a mi vida, a mi corazón y a mi perspectiva. Estaba trabajando en mi pecado, refinando mi corazón y avivando la llama de Su Espíritu en mi vida.

Ahora que estoy esperando algo diferente nuevamente, quiero pedirle a Dios que me revele las áreas de mi vida que necesitan trabajo y que me prepare para lo que está por venir. No quiero desperdiciar más este tiempo.

Sueña en grande

No quiero una mala interpretación con un mensaje de contenido cliché, que pueden escuchar de cualquier motivador… Pero en realidad cuando se trata de que Dios trabaje en mi vida, soy mi peor enemigo. Porque soy el único que me limita. No siempre creo que puedo hacerlo, o que Dios puede hacerlo a través de mí. No siempre sueño en grande ni espero cosas grandiosas.

Pero quiero ver este tiempo de espera como un momento para pedirle a Dios que me lleve a donde Él quiera que vaya, y creer en cosas grandes que sé que no puedo lograr por mí mismo. Una de mis citas favoritas dice: «Si aún no has logrado algo en tu vida que no podrías haber hecho sin Dios, entonces aún no has logrado algo».
Quiero confiar en Él para hacer todo lo que no puedo hacer.
Sé que estoy lleno de limitaciones, y que el enemigo utilizará muchas de esas limitaciones en forma de miedos e inseguridades…

Pero en vez de quedarme espantado y asombrado al costado de un bote, prefiero arriesgarme, hablar con Jesús, pedirle que me llame, bajarme de la barca, caminar hacia el Maestro y si me hundo… bueno… seguiré intentándolo porque sé que es fiel aquel que me llama y mojarse o hacer una oración de emergencia puede ser parte del proceso que Dios está haciendo en mi vida.

Pasar Tiempo en Adoración

Esta es la parte en la que tengo más arrepentimientos. A menudo adoro a Dios cuando Él me «bendice», sin darme cuenta de que Él merece mi adoración sin importar lo que esté sucediendo en mi vida.

A menudo tratamos nuestra vida con Dios como un juego de fútbol, aplaudiendo a Dios cuando anotamos o cuando suceden cosas buenas. Pero la vida no se trata de esperar la victoria, ya sea por el matrimonio, el trabajo, el éxito o la familia; se trata de darse cuenta de que en cada momento de nuestras vidas, Él ya es victorioso.

En este momento, a través de la lucha, el dolor, la soledad, el caos y la espera, Él ya ha ganado y nos está moviendo en esa dirección gloriosa.
No importa dónde esté, quiero una vida que no esté marcada por la espera, sino por la adoración. Él se lo merece y mucho más.

Servir a los demás

Crecí en una iglesia donde siempre hacia faltar estar sirviendo, más allá de compartir un mensaje, orar por alguna situación o estar como músico, había vida más allá del pulpito (hasta el día de hoy). Si estas esperando que Dios te capacite para poder hacer algo, y no te comprometes con la necesidades que existen en tu iglesia, tu espera será muy larga calentando sillas solitarias. Con tristeza debo pensar en muchas rostros, que están llenos de potencial y dones por parte del Espíritu Santo, pero hasta no terminar cumplir una serie de actividades (aprender a hablar al frente, a orar, bautizarse , recibirse del seminario bíblico, etc) se resisten a levantarse de sus bancas e ir hacer hasta las tareas más básicas, como por ejemplo: hablar del amor de Dios, compartir un testimonio, orar por alguien, hacer un devocional, limpiar los pisos o baños… uf son tantas las cosas que nadie quiere hacer y con todo el respecto hasta incluso los pretextos suenan hasta ridículos (no menosprecio los motivos mencionados, pero las mayoría de las veces es vagancia disfrazada con un manto de espiritualidad)

Quienquiera que seas y sin importar lo que estés esperando, recuerda que la vida es mucho más que esperar, se trata de vivir. No desperdicies tu vida en la espera. En su lugar, pídele a Dios que te revele cómo vivir tu vida de una manera que lo honre, tomando grandes riesgos y soñando en grande.

Recuerda que esperar en Dios no significa ser pasivo. Es un proceso activo de buscar la voluntad de Dios y crecer en la fe. Usa este tiempo para acercarte más a Dios y desarrollar una dependencia más profunda de Él.

Porque la vida no se trata solo de llegar al destino final, sino de aprender a disfrutar del viaje.

 
Para más novedades puedes visitar nuestra sección de Un Minuto Positivo
 

Comentarios

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *