Dejando y Olvidando

El mensaje del Espíritu Santo a la novia de Cristo en el Salmo 45 fue: «Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre». No es simplemente dejar atrás el pasado, sino también olvidarlo por completo, dejando atrás todo amor y distracción del pasado.

El mensajero divino nos pregunta a nosotros, su novia: ¿estás hablando con la sinceridad de tu corazón o solo es un discurso de palabras vacías? ¿Es tu mente que vuelve a cosas de tu pasado, a los viejos amigos, hábitos y amores? Porque si te comprometes con este matrimonio, no sólo debes dejar atrás tu pasado, sino que debes olvidarlo por completo

Cuando Jesús habla de renunciar a todo lo que poseemos, se refiere a apartarnos de los ídolos que reclaman nuestro tiempo, atención, amor o dinero. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:33 En el matrimonio con Cristo, no solo debemos dejar atrás el pasado, sino también olvidarlo por completo. Es un compromiso profundo que requiere abandonar distracciones y amores antiguos.

Tiempo para Dejar y Olvidar

¿Dedicamos tiempo de calidad solo a Jesús? Maridos y esposas pueden ser buenos proveedores y cuidadores, pero ¿reservamos un «tiempo para dejar y olvidar»? ¿Cuánto tiempo dedicamos exclusivamente al Señor, cerrando el mundo y acercándonos a Él?

El enemigo no siempre está en lo malo, sino en lo bueno. Familia, carrera, trabajo, hijos; no son obstáculos, pero la holgazanería sí lo es. ¿Cuántas horas gastamos ociosamente, descuidando a nuestro Señor? El Señor anhela nuestro tiempo y atención, más allá de las distracciones cotidianas. Perdemos tantas horas preciosas y descuidamos a nuestro Señor y Salvador.

El viejo dicho es cierto. No es lo “malo” el enemigo del cristiano, sino lo “bueno”. Es la familia, la carrera, el trabajo, los hijos. Estas cosas en sí mismas no se interponen entre nosotros y el Señor. Con esto no quiero no es bueno pasar tiempo en familia, estudios o profesión es una perdida de tiempo. Sino que en medio de nuestra rutina diaria, no nos permitamos refugiarnos en estas cosas para evitar pasar tiempo con nuestro Creador. Recordemos las palabras de Jesús en Juan 21:15: «¿Me amas más que estos?». Es un llamado a la reflexión profunda sobre nuestras prioridades. Enfrentemos el desafío de dedicar tiempo a solas con Él, superando cualquier distracción que pueda interponerse en nuestro amor por Jesús.

 
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