Un Llamado a la Intimidad

En Éxodo 34:14, se nos revela que el nombre de nuestro Dios es Celoso «No adores a otros dioses, porque el SEÑOR es muy celoso. Su nombre es Dios celoso«. Pero, ¿nosotros provocamos esos celos con nuestras acciones diarias? En 1 Corintios 10:22, se plantea la pregunta intrigante: ¿le causamos celos al Señor? «¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?»

Sí, es posible. Pablo escribió en sus cartas en el sentido de nuestro amor por Dios. ¿Pero realmente lo amamos de una manera que refleje dedicación y prioridad en nuestra vida cotidiana?

A veces decimos amar a Jesús, pero ¿cómo distribuimos nuestro tiempo? ¿Le dedicamos momentos valiosos, o permitimos que otras distracciones llenen nuestra vida? La pregunta es crucial: ¿buscamos a Cristo cuando nuestro tiempo es verdaderamente nuestro? ¿Cuántas redes sociales, películas, series y libros devoras? ¿Cuántos medios llaman tu atención y, sin embargo, nunca piensas en pasar tiempo con Cristo?

Una Ventana a la Intimidad con Cristo

La Palabra de Dios, nuestra Biblia, es Jesús revelado. ¿La buscamos solo para deberes religiosos o la abrimos con el deseo de conocer más profundamente al amor de nuestra vida? La Biblia es más que un libro; es un encuentro personal con nuestro Salvador.

Dios anhela nuestro tiempo y atención, pero a menudo nos enfocamos en otras cosas. Sus celos ardientes, mencionados en Deuteronomio 29:20, nos recuerdan que Él merece ser nuestra máxima prioridad. El día del juicio se acerca, el día en que sus celos “arderán” contra aquellos que se vuelven a ídolos vanos , y es crucial prepararnos para estar ante Él.

Imaginemos el día en que Jesús nos encuentre. Nos llamará para estar juntos por toda la eternidad. ¿Podremos mirarlo a los ojos sabiendo que le dedicamos nuestro mejor tiempo y atención? ¿Podrás pararte ante él sabiendo que has excluido al mundo y clamado que querías conocerlo?

 
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