El Dios que ve

EL DIOS QUE VE -will-graham

 

El segundo verbo más común en Génesis 1 para referirse a Dios es «ver» (el primero fue «decir»). En el capítulo se repite en siete versículos distintos que Dios «vio» algunas cosas. Vio la luz, la tierra, las muchas aguas, la hierba, los árboles, el sol, la luna y las estrellas, los peces, las aves, los animales salvajes y los animales domésticos. Y en todos los casos la Biblia empareja el verbo «ver» con el adjetivo «bueno». Dios vio algo y Él lo estimó como bueno.

Dios vio todo positivamente. No había nada remotamente negativo en su visión del Edén. Lo que Él vio, Él lo amó. Él lo miró todo con la aprobación divina. Así como un hombre contempla a la mujer que ama con una mirada de amor en sus ojos, así también Dios contempló la tierra con gran satisfacción y contentamiento. Todo fue como debería haber sido. La totalidad del cosmos reflejaba su belleza y cantaba en alta voz en melodía armoniosa: «¡A Dios sea la gloria!».

Dios se deleitaba en la creación porque todo fue hecho a través de Su Palabra y de Su Espíritu. En otras palabras, Dios se regocija en la obra de Dios. Esta es también la razón por la que la redención es una causa de indecible alegría dentro de la Divinidad. Cuando Cristo salva a un caído hijo de Adán por el poder regenerador de su Espíritu, el Padre se complace y mira con gran deleite sobre esa alma. Dios se complace en su pueblo redimido porque son trofeos de su propia gracia y misericordia. La salvación, entonces, no es principalmente acerca de los hombres y mujeres, sino acerca de la bella potencia del Trino Salvador quien vuelve a los pecadores hacia las moradas de Dios. La grandeza de la redención depende enteramente de la grandeza del Redentor.

Otra observación a señalar de Génesis 1 es que Dios miró alegremente a las realidades físicas. Todo lo que en el capítulo se menciona es de naturaleza tangible. Ireneo de Lyon fue uno de los primeros escritores cristianos que enfatizó de una manera muy fuerte el trabajo del Espíritu en el reino de la creación. Se dio cuenta de que el Dios de la Biblia no está sólo interesado en la vida espiritual, sino también en la vida física. Esto significa que los cuerpos de los cristianos están llamados a actuar bajo la autoridad del Señor. No debe haber dicotomía cuerpo/alma dentro de la teología cristiana. Dios no llama a los creyentes a vivir una vida «doble», sino a llevar una vida sin doblez, una vida de servicio sencillo en cuerpo y en espíritu. El Señor no puede ser escondido u ocultado en las cámaras secretas de los corazones creyentes. La fe – la verdadera fe – siempre se hace pública.

El Dios del Génesis, quien lo ve todo, mira con aprobación y agrado dondequiera que Su precioso Hijo y Su Espíritu están trabajando, y ese trabajo tiene consecuencias corporales así como espirituales.

Fuente: https://www.facebook.com/notes/will-graham/el-dios-que-ve/639439462759416

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